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Condenado a cuatro años de cárcel por abusar de una mujer que estaba parada con su moto en Nerja

A las 12.20 horas del 13 de mayo de 2011, mientras se hallaba en las inmediaciones de un bar en Nerja, el procesado se acercó a la víctima

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La Audiencia de Málaga ha condenado a cuatro años de prisión a un hombre por abusar sexualmente de una mujer que estaba parada con su motocicleta frente a un bar en la localidad malagueña de Nerja. También se le ha impuesto una orden de alejamiento.

   Según se declara probado en la sentencia, a las 12.20 horas del 13 de mayo de 2011, mientras se hallaba en las inmediaciones de un bar en Nerja, el procesado se acercó a la víctima, de origen inglés, y, aprovechando que la misma estaba sentada en su ciclomotor, abusó de ella.

   En concreto, le cogió la cara con una mano, con la intención de besarla en la boca, al tiempo que le metía la otra mano en el interior del pantalón y le introducía un dedo en la vagina. La víctima huyó del lugar en busca de un amigo que hablaba español, ya que ella desconoce el idioma.

   De esta forma, ya juntos, se personaron en el cuartel de la Guardia Civil de Nerja para denunciar los hechos. La mujer no sufrió lesiones físicas y no le quedan secuelas psicológicas. A su vez, renunció a cualquier indemnización que pudiera corresponderle tras la resolución judicial.

   El Ministerio Fiscal ha asegurado que los hechos declarados no son constitutivos del delito de violación, al exigir este tipo de pena que el acto contra la libertad sexual se ejecute utilizando violencia o intimidación.

   Así, en el supuesto de autos no ha quedado acreditado que el acusado emplease violencia o intimidación sobre la víctima. Sin embargo, los hechos declarados probados sí son constitutivos de un delito de abuso sexual.

VERSIÓN DEL CONDENADO

   Por otro lado, el condenado, que sufre un trastorno límite de la personalidad de carácter crónico, aunque no limita sus capacidades mentales, cognitivas ni intelectivas, ofreció otra versión de los hechos, que, de todos modos, la Sala consideró "inverosímil".

   El procesado aseguró que la víctima estaba bebiendo un vodka con naranja cuando él se le acercó y sin querer le derramó el contenido de la bebida sobre su pechera, ofreciéndose el acusado a limpiarla, al tiempo que intentaba darle dos besos para pedirle perdón. La Sala en ningún momento pone en duda la versión de la víctima, que se mantuvo sin contradicciones.

   Por estos hechos, se le condena a cuatro años de prisión y a una orden de alejamiento sobre la víctima en su domicilio o lugar de trabajo de 500 metros también durante cuatro años.

   Igualmente, se procede a imponerle la medida de libertad vigilada con una duración de cinco años, que se verificará una vez cumpla la pena de cárcel de cuatro años, teniendo que someterse también a un programa de reeducación sexual.

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