En pleno mes de septiembre los alumnos del IES Guadalpeña se han tomado las uvas de la suerte con la sintonía sempiterna de las campanadas de fin de año. Es la imagen ciertamente surrealista con la que el centro ha iniciado el curso. Sin embargo, esta actividad entraña un importante mensaje de optimismo para el nuevo curso.
Así, las instalaciones se convirtieron en una fiesta fin de año, con mensajes alusivos a la tarea de estudiar, de comportarse lo mejor posible y otros valores que alumnos y profesores quieren poner en práctica en el recién iniciado curso.
Los responsables de esta actividad han sido los profesores Curro Gutiérrez y Raquel Pavón, la última responsable a su vez del programa Escuela, espacio de paz. Ambos explican que esta actividad es, además, una forma de iniciar el curso de una manera distendida y, por tanto, de transmitir cierta tranquilidad y confianza al alumnado.
Desde luego, los alumnos se tomaron la jornada con cierta incredulidad, pero contentos, simplemente, de hacer algo distinto y atípico.
