Un nuevo conflicto vecinal mantiene enzarzados a una comunidad de propietarios y a viandantes en Triana. El punto de fricción se encuentra esta vez en el pasaje que une la calle Maestro Arrieta con la Ronda de Triana, “un terreno que es propiedad de la intercomunidad pero en el que figura una servidumbre de paso, responsabilidad del Ayuntamiento, y de la que se han apropiado los vecinos de los bloques colindantes cerrando el paso con una cancela”, según explica a este periódico Pastor Cornejo, maestro jubilado que ha denunciado la situación con varios escritos al distrito Triana y al Ayuntamiento.
El enfrentamiento comenzó en el verano de 2014, cuando los vecinos de la zona decidieron colocar en ambos extremos del pasaje una verja automática que cierra el paso y que tan sólo se mantiene abierta de 09.00 a 21.00 horas de lunes a viernes. “Una servidumbre de paso debe estar abierta las 24 horas del día. Se trata de una usurpación de un espacio público”, señala Cornejo. “Hay muchas personas mayores y ciudadanos con movilidad reducida que si se encuentran la cancela cerrada deben dar una vuelta enorme para ir a Ronda de Triana o a San Martín de Porres, donde hay un ambulatorio. Muchos de ellos vienen de Santa Cecilia -detrás de Maestro Arrieta-”, indica el maestro que lleva muchos meses luchando para que se reconozca dicha servidumbre de paso.
El Ayuntamiento, que no ha realizado declaraciones al respecto, señaló a Cornejo mediante un escrito del distrito Triana que, al menos, “la cancela se tenía que abrir hacia dentro y fuera para los casos de emergencias”. Cornejo considera esta medida insuficiente y ha reclamado, mediante otro escrito, una reunión con el director general de Urbanismo.
De su lado, la intercomunidad de propietarios que cerró el pasaje con las cancelas esgrime que lo hizo como medida de seguridad y para evitar que personas ajenas durmieran en esta zona por las noches.
Triana cuenta con otros casos de “usurpaciones” de espacios públicos. El último, el del cierre de las puertas de acceso a los jardines de Termancia, denunciado por los vecinos afectados y por el grupo municipal de IU, a pesar de que existe una sentencia judicial que reconoció la zona como pública; y el del caso del restaurante Abades, que debe garantizar la servidumbre de paso desde la calle Betis a la ribera del Guadalquivir y que sólo cumple cuando tiene sus accesos abiertos.
