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Suecia frenará a refugiados con controles que inquietan a Copenhague y Berlín

Esta situación se produjo ya en los meses anteriores, a raíz de los primeros controles de fronteras aún esporádicos, pero ahora se teme un efecto continuado en cuando la Policía sueca pase a negar la entrada a todo viajero que entre por Dinamarca y no pueda presentar la documentación en regla

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Las autoridades suecas se disponen a implantar este lunes, controles en su frontera con Dinamarca para tratar de frenar la llegada de refugiados por esa vía, cuestión que inquieta tanto a sus vecinos daneses como a Alemania.

La medida, anunciada por Estocolmo en diciembre pasado, tuvo ya una clara respuesta desde Copenhague con el mensaje de Fin de Año del primer ministro, el liberal Lars Lokke Rasmussen, quien señaló que esa medida derivaría "probablemente" a hacer lo mismo en su frontera con Alemania.

"No queremos volver a tener colas de refugiados e inmigrantes en nuestras autopistas. Queremos asegurarnos calma y tranquilidad", advirtió, en referencia a la posibilidad de que queden atrapados en su territorio los peticionarios de asilo en tránsito que entren desde Alemania con intención de llegar a Suecia.

Esta situación se produjo ya en los meses anteriores, a raíz de los primeros controles de fronteras aún esporádicos, pero ahora se teme un efecto continuado en cuando la Policía sueca pase a negar la entrada a todo viajero que entre por Dinamarca y no pueda presentar la documentación en regla.

"Por primera vez desde los años cincuenta habrá que identificarse para cruzar por Örensund. Es mucho lo que está en juego. Eso puede llevarnos a tener que establecer controles en Alemania por el bien de Dinamarca", prosiguió el jefe del Gobierno danés.

El punto álgido es el citado puente de Örensund, entre Copenhague y la ciudad sueca de Malmö, inaugurado hace 15 años como vía ágil de comunicación entre ambos países y por el que cruzan a diario decenas de miles de ciudadanos, en ambas direcciones.

Todo viajero estará obligado a presentar su documentación a partir de mañana y se multará a los vehículos que traten de transportar a personas indocumentadas.

Los controles se realizarán tanto a los automóviles privados como a autocares y trenes, lo que amenaza con derivar, no solo en incomodidades para los viajeros, sino también en roces bilaterales entre Estocolmo y Copenhague.

Suecia es el país de la Unión Europea con la más alta cuota de refugiados acogidos en su territorio por habitante.

Hasta finales de noviembre habían pedido asilo en el país escandinavo 140.000 personas, cifra que, según estimaciones de las autoridades del país, podría llegar a 160.000 hasta final de 2015.

El Gobierno sueco endureció ya a mediados de diciembre sus leyes para la acogida de refugiados, hasta ahora de las más abiertas de la UE, lo que le ha convertido, junto con Alemania, en destino preferente para los peticionarios de asilo.

Alemania, que en 2015 recibió más de un millón de refugiados, teme a su vez las consecuencias de los controles suecos, después de que en los meses pasados las estaciones de Hamburgo y otras ciudades del norte del país quedaran convertidas en lugar de acampada de peticionarios de tránsito hacia Dinamarca y, de ahí, a Suecia.

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