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Roca admite que el GIL ideó un sistema para "exprimir" a los promotores

El ex asesor de Urbanismo de Marbella, Juan Antonio Roca, ha asegurado durante su declaración del caso Goldfinger que el gobierno del fallecido Jesús Gil creó un mecanismo para exprimir a los promotores mediante el aumento de los aprovechamientos urbanísticos.

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  • Roca, en el juicio -

 El cerebro del caso Malaya, Juan Antonio Roca, que fue gerente de la empresa Planeamiento 2000, encargada del urbanismo en Marbella y que está procesado en el caso Goldfinger, ha asegurado que el grupo GIL creó un mecanismo para "exprimir" a los promotores.

Roca ha relatado hoy durante su declaración cómo se llevaron a cabo los tres convenios investigados en el caso Goldfinger, ligado a la recalificación urbanística de la parcela de la antigua casa del actor Sean Connery en Marbella.

Ha explicado que el "grupo GIL -encabezado por el fallecido alcalde de Marbella Jesús Gil- creó un mecanismo, un instrumento, para exprimir a los promotores con la cesión de aprovechamiento", ya que se les exigía un 50 por ciento pese a que legalmente solo se le tendría que haber pedido el 10.

"El soporte legal no existía pero lo inventó el grupo GIL y los promotores lo asumieron y lo aceptaron", ha apostillado.

Durante su declaración ha negado haber sido sobornado con dos apartamentos en Marbella a cambio de los servicios prestados durante la tramitación de los mencionados convenios así como también ha insistido en que no se ha lucrado personalmente a costa de los intereses públicos.

"Se me ha desnudado, se me ha exprimido documentalmente hablando y no ha salido nada", por tanto, "es imposible que yo recibiera o me ofrecieran una dádiva con esos apartamentos".

Además, se ha quejado de que estos hechos ya fueron investigados en el caso Saqueo 1 y en el procedimiento de Malaya ya que a su entender, y el de su abogada defensora, Rocío Amigo, estos hechos ya fueron juzgados.

A lo largo de la mañana, en una declaración muy técnica, ha explicado que se interesó por los mencionados apartamentos y que consultó a los vendedores de la inmobiliaria pero que no fue como contrapartida de la gestión de convenios, como mantiene la fiscal.

Sobre Sean Connery ha explicado al Tribunal que el actor vivía en Marbella desde 1979 pero que en un determinado momento se molestó porque al lado de su vivienda había dos construcciones colindantes muy altas.

Debido a ello, se quejó a Gil y le dijo que "esos señores no van a verme en calzoncillos" y sus representantes legales pidieron que se le aplicara la misma edificabilidad de los edificios colindantes. Respecto al exalcalde de Marbella Julián Muñoz ha asegurado que nunca negoció los convenios ni le acompañó a las reuniones sobre asuntos urbanísticos y que los únicos problemas que han tenido entre ellos fue en la etapa que hubo un enfrentamiento entre Gil y Muñoz.

Por otra parte, hoy Julián Muñoz y los seis exconcejales procesados que ayer admitieron los hechos que le imputa el fiscal han podido no estar presentes en la sala.

En este procedimiento se investiga la recalificación urbanística de la parcela de la antigua casa de Sean Connery en Marbella y un supuesto fraude fiscal en la venta de las 72 viviendas que se construyeron en dicho suelo.

Pese a que el caso se denomina Goldfinger, una de las películas protagonizadas por Sean Connery, el actor "nunca aparece en la causa tomando decisiones, no aparece su firma en documento alguno que pudiera incriminarle, no gestiona ni dirige la sociedad Malibú S.A.", según el instructor.

El juicio continuará mañana con la declaración de resto de procesados entre los que hay dos abogados, un empresario, tres asesores fiscales y empleados de la banca

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