Componentes de la Junta Directiva, plantilla y aficionados del Ángel Ximénez han mostrado en el día de hoy su más absoluta repulsa al triste episodio vivido durante el partido que enfrentó el sábado al conjunto pontanés con el Fraikin BM. Granollers, que tuvo que detenerse durante algunos minutos por los insultos racistas que un par de personas "localizadas e identificadas" -según el propio club- profirieron contra el portero brasileño César "Bombon" Almeida.
Los hechos tuvieron lugar en a falta de ocho minutos para la conclusión del encuentro, cuando el meta comentó a la pareja arbitral que estaba recibiendo insultos de esta índole procedentes de la grada situada detrás de la portería que defendía, motivo por el cual los colegiados andaluces Fernández Molina y Murillo Castro detuvieron el partido, poniendo los hechos en conocimiento de la mesa. Acto seguido, se ordenó el desalojo de esa zona del pabellón poblada por un nutrido grupo de niños, una medida que causó cierta sorpresa e incredulidad entre los aficionados que presenciaban el choque, que en ese momento desconocian lo que estaba sucediendo en la pista y las razones del parón. Finalmente, tras una pausa de unos cinco minutos, el encuentro se reanudó con normalidad, sin que hubiera ningún tipo de incidencia añadida.
Al término del partido, se conoció que la causa del intervalo fue la anteriormente indicada, circunstancia que causó una gran extrañeza entre la mayoría del público asistente, que en todo momento se dedicó a animar a su equipo sin proferir ni gritos o cánticos racistas hacia ninguno de los jugadores participantes en el encuentro.
No obstante, lo que realmente ha causado gran malestar entre la masa social del club, fueron las posteriores declaraciones realizadas por Almeida, que horas después, en una emisora de radio catalana, dejó entrever que durante el intervalo en el que el encuentro estuvo detenido, arreciaron los gritos de índole racista contra su persona en el pabellón, una versión que ha tenido una amplia repercusión en otros medios de comunicación, y que ha provocado el rechazo absoluto de muchos aficionados y abonados del club, que a través de las redes sociales han desmentido este extremo mostrando su incredulidad ante las palabras del meta y destacando el carácter ejemplar de un público siempre animoso hacia su equipo y habitualmente respetuoso con los rivales.
En todo caso, desde el Ángel Ximénez, se ha condenado enérgicamente este episodio aislado, y se ha señalado que se trabaja para evitar que hechos de estas caracteristicas vuelvan a producirse en el Pabellón Alcalde Miguel Salas. "No queremos a gente así", indicó el club en su cuenta oficial de Twitter en referencia a las personas que supuestamente profieron los insultos.