El cultivo de tabaco en la Vega de Granada perderá este año unos 15.000 jornales ante la renuncia de muchos agricultores a mantener sus explotaciones por falta de rentabilidad, concretamente 58 abandonarán la actividad esta campaña.
Granada ha acogido tradicionalmente el cultivo de tabaco desde que Cristóbal Colón trajera por primera vez la semilla a España desde América y, de hecho, se cree que fue en esta provincia donde se cultivó por primera vez tras el descubrimiento del nuevo continente.
La producción de tabaco, que hace años se extendía por toda la Vega granadina, ha ido perdiendo fuerza por falta de rentabilidad y de relevo generacional. Ahora está localizada en 13 comarcas donde hasta la pasada campaña operaban 151 agricultores en 200 hectáreas de cultivo.
Este año lo harán 93 productores, estando previsto que la producción caiga hasta los 355.000 kilos, lo que supone casi un 40 por ciento menos, con el consecuente descenso de jornales, según ha detallado a Europa Press Cristóbal Blanco, el presidente de SAT Tabacos, de Santa Fe, la única cooperativa que opera en la provincia.
En la Vega de Granada sólo se cultiva tabaco Burley, que puede ser mezclado para tabaco rubio o usarse para tabaco negro, en función del proceso que se le dé. Es la única variedad posible en esta zona, por lo que los agricultores no tienen la posibilidad de reconversión a otras variedades como ocurre por ejemplo en Extremadura.
A ello se suma una falta de rentabilidad que está propiciando que los agricultores abandonen progresivamente este cultivo, puesto que el coste de producir un kilo de tabaco es de 2,70 euros y lo que se paga en la actualidad no llega a los dos euros.
Los agricultores "resisten" porque el 65 por ciento de los costes es mano de obra propia y en la mayoría de los casos se trata de pequeñas explotaciones familiares, una circunstancia que les permite seguir adelante.
Una buena noticia para el sector ha sido el reciente acuerdo al que se ha llegado con la Compañía española de Tabaco en Rama (Cetarsa) para evitar la reducción del 50 por ciento del suministro de tabaco Burley que planteó este organismo y que hubiera supuesto la desaparición de este cultivo con gran importancia social en la Vega de Granada.
Finalmente se ha acordado que la reducción en la producción venga dada por el "abandono" natural de este cultivo por parte de los agricultores, en vez de aplicar un recorte del 50 por ciento que habría sido "absolutamente inviable" para los productores granadinos, según ha detallado Cristóbal Blanco.