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Campo de Gibraltar

El Fandi, El Cordobés y Galván, sacados a hombros en La Línea

Entretenido festejo, donde se cortaron ocho orejas entre los tres diestros

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Cuando terminó la corrida, el ambiente entre el público fue extraordinario por los comentarios favorables y por cómo se había desarrolado el festejo feriado. Los toros de La Palmosilla, en general, fueron bravos y nobles. Al tercero se le dio la vuelta al ruedo. Fue el último el que desentonó ya que sacó cierto peligro sordo y el isleño lo resolvió con mucha capacidad y oficio. Tanto Manuel Díaz 'El Cordobés' como David Fandila‘El Fandi’ regresaban al coso linense tras dos años sin torear. El público los acogió como siempre, con cariño, y animó su distintas actuaciones.

David Galván, tras sus triunfos sonados en el Campo de Gibraltar, era , sin duda, uno de los toreros más esperados también. ‘El Cordobés’ se llevó el mejor lote. Hizo de todo. Toreó bien a la verónica, y con la muleta logró faneas entonadas, más en su segundo, que fue un toro amable, repetidor, con mucha fijeza, y él, muy listo siempre, se lo llevó al tendido de sol. Allí aprov echó el ambiente y le sacó todo lo que tenía de bravo el animal, no faltando el salto de la rana, en un desbordado triunfalismo.

Con el que abrió plaza se mostró muy decidido, y  aprovechó también para exhibir su particular tauromaquia. Cortó una oreja en este toro y las dos de su segundo. La presencia de ‘El Fandi’ siempre es esperada con interés. Desplegó su ímpetu capotero entre verónicas y chicuelinas.
Llegó el espectacular tercio de banderillas, colocando al primero tres pares reunidos que hicieron las delicias del público.

En su segundo, donde colocó otros tres pares, el último al violín, parando al toro, durante prácticamente una vuelta al ruedo. Ya en la muleta , aprovechó también la bondad y nobleza de su primero, trenzando una faena sobre los dos pitones. El toro galopaba con brío, como ofreciendo facilidades a la embestida que aprovechó el granadino haciendo un gran esfuerzo y toreando con hondura.  En su segundo, hubo una faena de altibajos, logrando algunos momentos de relieve. La estocada provocó que le c oncedieran otra oreja tras un aviso y el pasaporte para salir a hombros con sus compañeros.

Es indudable que mantiene unas  facultades y una forma física extraordinaria que le hace estar con soltura delante de los toros.

Un nuevo triunfo para David Galván, que cortó dos orejas tras aviso en su primero, y una oreja también tras aviso depués de un descabello.Este torero volvió a demostrar que está en un momento muy bueno. Tiene el toreo metido en la cabeza y su poder y entrega llega pronto a los tendidos.

Su labor en el primero resultó muy seria y bien conjuntada. Desde que se ajustó por verónicas en el saludo capotero y un quite por chicolina de mano bajas, ya sabía que buscaba ese triunfo.
Inició su fanea de muletas con media docena de pases por altos sin moverse, abrochando con una trincherilla y recorte genial.

La serie de muletazos con la diestra tuvo sabor y gracia, aprovechando las embestidas de un ejemplar manejable. Supo meterlo en el engaño con redondos invertidos y desplantes.
Decidido salió en el sexto cuando ya la luz artificial alumbraba lo suficiente para poder seguir la lidia.

El toro,  que había mostrado cierto peligro por el lado izquierdo, no le importó hacer un quite por talaverana. Tuvo importancia la faena porque el toro se revolvía y buscaba el muslo del torero.
Por ello, el nivel fue alto y no le perdió el sitio, enroscándose en una tanda en la que se encontró el pitón en el pecho. No le importó.

Se volcó a la hora de matar y  necesitó el descabello. Con su raza y valor, demostró, una vez más, que es el torero que todos esperamos, pero le falta continuidad de festejos.

El público, que llenó media plaza, estuvo como siempre, cariñosos, y amable, y aplaudió a la terna, que salió a hombros.

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