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El equipo español de fútbol para amputados, con las ayudas mutiladas

Doce españoles emprenden este viernes viaje a Polonia para participar en el V Torneo Internacional de Fútbol para Amputados

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  • fútbol para amputados -
  • Doce españoles participan en el V Torneo Internacional

Doce españoles emprenden este viernes viaje a Polonia para participar en el V Torneo Internacional de Fútbol para amputados. No echarán de menos las piernas que perdieron, pero sí el apoyo del país al que, como deportistas, representan y con bastante éxito.

Sin ninguna ayuda económica, después de que por problemas financieros las dos empresas que les patrocinaban hayan rescindido las que les prestaban, este equipo viaja a Varsovia para competir los días 10 y 11 con Inglaterra, Francia, Rusia, Italia y Polonia.

En acudir a este Torneo Internacional (en el que el año pasado quedaron los terceros), el equipo se ha gastado sus últimos ahorros, por lo que, según cuentan, si no encuentran un apoyo económico su supervivencia peligra.

"Selecciones como la de Polonia tienen un presupuesto anual de 90.000 euros de ayudas públicas y privadas. Nosotros, con 10.000 hemos sobrevivido dos años", explica Marcos González de la Peña, uno de los jugadores.

Aunque este equipo español tiene poco más de dos años, el "onefoot-ball", como ellos prefieren llamarlo, es un deporte con una larga historia que comenzó en los ochenta en Estados Unidos y que hoy se practica en una treintena de países.

De hecho tiene la World Amputee Football Federation (WAFF), que sería el equivalente a la FIFA, y la European Amputee Football Federation (EAFF), su UEFA, y cada dos años se celebra un campeonato mundial y otro europeo.

El equipo español surgió hace casi tres años cuando Mikel Valmaseda, un jugador vasco de fútbol que perdió una pierna en un accidente en la fábrica en el que trabajaba, y el catalán Zacarías Oualit, que la perdió tras sufrir un cáncer de niño, decidieron buscar compañeros para enfrentarse al reto de practicar este deporte.

Hoy son una veintena de jugadores de entre 18 y 35 años y procedentes de lugares tan dispares como Bilbao, Cádiz, Asturias, Zaragoza o Ceuta los que forman parte de la Asociación Española de Fútbol para Amputados (AEFA). Doce de ellos forman el equipo que viaja a Varsovia.

Han llamado sin éxito a las puertas de instituciones como el Consejo Superior de Deportes, la Federación Española de Fútbol o fundaciones de diversos equipos profesionales para recabar apoyos económicos.

"Todas se nos cerraron, bueno en realidad no se llegaron a abrir nunca, nunca nos han respondido. Sólo la Federación Española de Discapacitados nos ha dicho que, a lo mejor, el próximo año", cuenta Marcos González, que, junto a Mikel, se encarga de todas las gestiones necesarias para sacar adelante esta entidad.

Tiene 33 años y es profesor de Educación Física en un instituto de Algeciras. Perdió una pierna a los 8 años, en un accidente con un columpio en el recreo de la escuela.

"Mi pasión era el fútbol", recuerda mientras cuenta cómo después del accidente, con la muleta, seguía entrenando con su equipo de Jerez, "La Alternativa". Pero no le dejaban jugar en los partidos oficiales, sólo en algún amistoso.

Y así ha seguido, entrenando ahora con un equipo de Tarifa, donde actualmente vive, y desde hace dos años con la ilusión que, a todo deportista, le da poder formar parte de un equipo y competir a nivel internacional.

"En las competiciones de fútbol para amputados me puedo medir de tú a tú, no es lo mismo que hacerlo con alguien que tiene miedo a jugar conmigo porque llevo muletas, por si me van a dar un empujón o hacer daño. No es igual de gratificante", explica.

Los jugadores de este equipo sólo se entrenan juntos cuatro veces al año, cuando se juntan en concentraciones que suelen celebrar en las distintas localidades en las que viven sus miembros, porque en sus ayuntamientos y en las empresas locales sí encuentran apoyos puntuales para costear estas citas o al menos para reducir sus costes.

El resto se entrenan cada uno por separado, y, a través de Internet, con su entrenador.

"Si entrenáramos el doble juntos, alcanzaríamos un nivel bastante superior", explica Marcos mientras recuerda que al torneo internacional acuden sin haber entrenado juntos en los últimos cuatro meses por falta de dinero.

Pero ganas y tesón no le falta a este equipo ni dentro ni fuera del campo de fútbol. Sólo, confiesan, algún tipo de ayuda económica que les permita seguir adelante con su pasión por este deporte.

El Torneo de Varsovia sustituirá además este año de alguna forma al Campeonato Europeo que iba a celebrarse en Turquía y que fue cancelado por la difícil situación que había en el país.

El próximo diciembre se celebrará en México un congreso de este deporte en el que se propondrá que forme parte de las Paraolimpiadas, explica Marcos González.

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