Según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los detenidos compraban números y códigos de tarjetas de crédito por internet a piratas informáticos o hackers por un precio que solía rondar los 300 euros, aunque dependía del tipo de tarjeta, y elaboraban tarjetas con máquinas muy avanzadas tecnológicamente.
Una vez practicado el denominado carding, varios miembros de la banda utilizaban las tarjetas en diferentes centros comerciales para comprar productos informáticos, joyas o artículos de perfumería caros.