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El baile picassiano de David Martín

La compañía del bailarín malagueño estrena el espectáculo “Mi sentir en Pablo” el día 26 de octubre en el Teatro Cervantes

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  • Ensayo -
  • La compañía del bailarín malagueño estrena el espectáculo “Mi sentir en Pablo” el día 26 de octubre en el Teatro Cervantes
  • Lleva diez años en la compañía de Sara Baras y ahora se lanza con un montaje que guarda las esencias
  • Además de bailar, ha diseñado la coreografía y también dirige el montaje

Raza y genio. “Mi sentir en Pablo” es una propuesta artística en la que el joven bailaor malagueño David Martín  pone, al igual que hacía Picasso en sus lienzos, pasión, fuerza, temperamento, mestizaje y libertad e intensidad existencial, con un homenaje también, además de al artista universal, al no menos genial Enrique Morente.

La obra no copia a Picasso, reproduce mi taller de danza, lo que imagino al ver sus diferentes creaciones

Con solo 28 años Martín se lanza al ruedo de dirigir y poner en escena su propia coreografía, con textos del propio pintor a los que el cantaor granadino puso música. Mejor, puso flamenco del de siempre a golpe de Soleá por bulerías, zambra, farruca, seguiriyas, nana, alegrías, malagueñas, tientos griegos y bulerías y tangos de Málaga para recorrer las cuatro épocas artísticas de Picasso. El bailaor asegura que: “La esencia está ahí, no solo la vanguardia de Picasso, sobre todo me considero flamenco, aunque me encanta la danza y el teatro yo lucho por el producto que es el flamenco, creo que es muy rico, muy amplio, y para que la gente lo entienda hay que saber embotellarlo y adaptarlo a los tiempos, porque si la gente paga su entrada quiere entretenerse aunque se mantenga la esencia”. Y concluye que “el flamenco no es ya quien lo haga, sino cómo se haga, quien es flamenco lo puede ser haciendo lo que sea”.

Tras diez años en la compañía de Sara Baras, con la que ha recorrido todo el mundo, (“es lo que me da de comer para hacer mis producciones”),  ahora arriesga, en todo los sentidos, y el día 26 se podrá ver el resultado en el Teatro Cervantes. ¿Pero qué supone “Mi sentir en Pablo?: “Algunos creen que quiero copiar sus cuadros, pero eso es lo último que se quiere, porque yo no soy nadie, solo quiero que sea mi taller de danza, de interpretación, con el actor malagueño Ignacio Mateo, es arte esencial, teatro en sí, es lo que he querido plasmar, porque no era solo un pintor, era un genio, un espectáculo, por eso es un privilegio pasar por sus etapa pictóricas, con cuatro cuadros de cada época, y plasmo lo que me hacen sentir, lo que imagino al ver esas creaciones, y el público tiene que imaginar con nosotros”.

Una obra para el público de Málaga, porque este es un espectáculo cien por cien malagueño, montado con gente de aquí, porque asegura Martín que “a mi me encanta mi tierra, esto lo he hecho con el mayor respeto y la mayor admiración posible, es nuestra, tengo mi forma de vida, tenemos nuestra forma de arte, y lo que quiero es demostrar un poco el arte de Málaga, ofrecerlo; no creo que sea una osadía, intento que los años de experiencia que tengo detrás sirvan para luchar y demostrar dentro de lo que me permitan”.

Martín, que sube al escenario a seis músicos y tres bailarinas, más un actor, pero que recuerda que detrás también lleva el trabajo de técnicos, peluqueros, sastres, el director musical..., sabe que si hay algo de locura en este proyecto, está, precisamente en las cuestiones más mundanas: “Estoy loco, como el actor, que también lleva todo por delante y está haciendo su propia producción ahora, pero es que producir hoy, tal y como está el país, es una locura, porque piensa que toda la inversión sale de mi, y las autoridades se creen en este país que somos artistas y nos ponemos ahí con una luz y eso no es, tenemos un estudio detrás, tenemos que comer, como todo el mundo, como bailarín y creador lo tengo más difícil que poner en marcha otra empresa cualquiera, una panadería, o una peluquería, que haces los estudios y sabes que al equis mes tendrás beneficios, nuestra inversión como artistas es mucho más grande, los artistas en general, invertimos más sin saber si vendrán beneficios, cuándo, cómo, cuánto, ese es el punto de locura, y más en este país que la gente no puede ir al teatro, tiene otras prioridades, te meten un 21 por ciento de IVA, no dan ayudas...”. 

Por eso se queja de que a pesar de que las empresas culturales son ‘Marca España’, no hay ayudas y así sucede que “crear una buena compañía no es tan complicado, lo es más moverla, es lo que necesita de ayudas, porque llevo mucho personal, un equipo que promueve a la gente de Málaga, pero la cultura no tiene ayudas ni quieren promoverla, piensan que por poner dos museos ya está la cultura completa, y no es así, las ciudades importantes tienen compañías importantes, en Málaga hay compañeros con mucho talento”, concluye.

Aún así, “Mi sentir en Pablo” sigue adelante, y eso que a estas alturas, dice que ha cogido tal envergadura, que duda de si él está preparado para responder como bailarín, ya que considera que quizás algún que otro compañero podría defender mejor ese papel de Picasso.

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