El presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears (FFIB), Miquel Bestard, ha censurado con dureza la pelea multitudinaria protagonizada el domingo entre padres de jugadores infantiles durante el partido entre el equipo local, Alaró, y el Collerense.
"Esa gente no tiene derecho a estar en un recinto deportivo; le han hecho un daño enorme a la comunidad, a sus hijos y al fútbol", ha declarado Bestard.
La riña fue grabada en vídeo por una de las personas que presenciaban el partido y las imágenes revelan acciones de una violencia extrema, con patadas, puñetazos e insultos, mientras una de las madres grita, desesperada, que "por favor" cesen las agresiones porque "hay niños presentes".
Varios de los padres que intervinieron en la pelea fueron atendidos de heridas leves y algunos interpusieron denuncias ante la Guardia Civil.
El Comité Antiviolencia se reunirá para tomar cartas en el asunto.
"Al tratarse de un partido de Segunda Regional en la Federación tenemos poca capacidad sancionadora, así que esperamos que actúe la justicia ordinaria con el máximo rigor y que llegue hasta el final", ha precisado el máximo dirigente del fútbol balear.
Ha añadido que la violencia en el deporte no es una cuestión que afecta solo al fútbol, y calificó de "aislado" otro incidente registrado hace pocos días en Mallorca, cuando el joven árbitro Marc Prats fue agredido por un aficionado al finalizar el partido entre el Llucmajor y el Baleares Sin Fronteras.
"También he visto peleas entre padres de tenistas por una pelota dudosa, que ha entrado o se ha ido fuera por poco", añadió Bestard.