La Fiscalía de Sevilla considera que Mario C.M., el hombre encarcelado desde junio de 2015 tras asesinar supuestamente a su esposa después de golpearla con la tapa de la cisterna de un váter en la casa que ambos compartían en Alcalá de Guadaíra, "sabía lo que hacía y quería hacerlo".
Durante la primera jornada del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, la representante del Ministerio Público ha señalado que "hay pruebas" para condenar al acusado por delitos de asesinato y malos tratos habituales, por los que pide para Mario un total de 23 años de cárcel.
A su juicio, existen pruebas de que "el ataque" que sufrió María del Águila P.H. el día 3 de junio de 2015 "fue tan de sorpresa que no pudo defenderse", ya que "la pilló desprevenida", añadiendo que el imputado "atacó por la espalda a su esposa", la cual intentó refugiarse en un cuarto de baño de la vivienda, han informado a Europa Press fuentes del caso.
"NO ESTABA AFECTADO MENTALMENTE"
Una vez allí, el acusado agredió a su mujer "aplastándole la cabeza" con la tapa de la cisterna de un váter, ha manifestado la fiscal, que ha agregado que, durante todo el matrimonio, Mario "sometió a su mujer a vejaciones y a un control", de forma que "todas las frustraciones que traía de la calle las vertía contra su mujer".
La Fiscalía considera que, en el momento en que sucedieron los hechos, el acusado "no estaba afectado mentalmente por ninguna patología". "Sabía lo que hacía y quería hacerlo", ha concluido su alegato inicial.
De su lado, el abogado José María Núñez, que ejerce la acusación particular en nombre de las dos hijas de la pareja y que solicita 29 años de prisión para el acusado, ha indicado que, durante el matrimonio, las amenazas fueron continuas con frases como 'como me abandones, te mato' o 'como me arruines la vida, antes te la arruino yo'.
"PLANIFICADA, SORPRESIVA Y CRUEL"
"Eran amenazas tal reales que finalmente se produjo la muerte violenta" de la víctima, ha desgranado el letrado, que considera que la muerte fue "absolutamente planificada, sorpresiva y cruel", señalando que, durante toda la instrucción del caso, el acusado "no ha tenido el valor de decir qué es lo que realmente ocurrió, porque mantiene que no sabe lo que ocurrió".
El abogado ha calificado la agresión de "brutal", ya que no sólo la agredió por la espalda con un arma blanca, sino que la golpeó con la tapa de una cisterna de forma "reiterada" hasta el punto de "romperla sobre el cráneo y seguir golpeándola una vez la tapa estaba rota", todo ello siendo de noche y con la puerta de la casa cerrada.
Por su parte, la acusación que ejerce la Junta de Andalucía solicita para el acusado 33 años de cárcel dada la "especial situación de indefensión" de la víctima y la "especial violencia" con la que se produjo la muerte.
"PÉRDIDA DE MEMORIA"
Para finalizar, los abogados del imputado, Pablo y Luis Salazar, han señalado que su patrocinado "no es inocente" y "desde el primer momento ha admitido que causó la muerte de su mujer", no obstante lo cual hay que tener en cuenta "las circunstancias que rodean el hecho".
Así, han dicho que su patrocinado "tenía diversas lesiones en el cuerpo" y han añadido que "fue el primer agredido" por su esposa, ya que "la primera acometida con un arma blanca es de la fallecida hacia este señor", en referencia al acusado, el cual tiene reconocida una invalidez permanente absoluta y padece "trastornos mentales".
A todo ello se suma, según la defensa, que su cliente "perdió la memoria" en el momento de los hechos ocurridos en el cuarto de baño, señalando que en los últimos diez años ha sufrido "varios episodios de pérdida de memoria".
La vista oral continuará este martes con la declaración del acusado y de los testigos, entre ellos sus dos hijas.
"CONTINUAS VEJACIONES"
El Ministerio Público relata en su escrito de acusación, consultado por Europa Press, que el acusado estaba casado con la víctima desde hacía 27 años y tuvo con ella dos hijas, añadiendo que durante el matrimonio el investigado "sometía a su esposa a continuas vejaciones, con conductas agresivas e impositivas, con insultos frecuentes, volcando sus frustraciones sobre su mujer y sus hijas".
De este modo, precisa que el día 17 de marzo de 2008, la Policía tuvo que acudir al domicilio familiar porque el acusado había agredido a su esposa "cogiéndola por los pelos", agravándose esta situación como consecuencia de las enfermedades que sufría el acusado, quien "culpabilizaba" a su esposa de su situación.
En esta "dinámica de malos tratos y situación de asimetría", la Fiscalía dice que, con anterioridad a las 2,00 horas del día 3 de junio de 2015, y estando ambos en el domicilio familiar, el imputado, "como último acto de la situación de violencia, atacó a su esposa" de forma "sorpresiva y con la intención de causarle la muerte".
Así, le agredió primero con un arma blanca con una hoja monocortante y borde liso, produciéndole tres heridas inciso punzantes, tras lo que a continuación le golpeó en la cabeza con la tapa de la cisterna del inodoro del cuarto de baño, donde en ese momento se encontraba la víctima, ocasionándole la muerte por traumatismo craneoencefálico.