Álvaro Ruiz-Mateos, durante su declaración este jueves en Palma como investigado en el juicio por la presunta estafa relacionada con la compra de dos hoteles, ha asegurado que la compra-venta "fue negociada" por su padre y los vendedores y que él la firmó, una vez negociada, "como avalista a petición de los vendedores".
El acusado, que permanece en prisión por otras causas, ha explicado que él era administrador de derecho de Dhul y Clesa pero que cobraba como "empleado" de Nueva Rumasa. "Nunca he sido consejero de Nueva Rumasa", ha aseverado.
Así, ha destacado que la operación fue llevada a cabo por su padre y por su grupo, apoyado en lo financiero por Manuel Sánchez y en lo legal por Joaquín Yvancos. "La operación se negocia y una vez negociado, se me avisa para avalar", ha dicho.
Ruiz-Mateos ha contestado así a las preguntas del fiscal Anticorrupción, Juan Carrau, que le acusa a él y a sus hermanos de no haber pagado el precio acordado, 11,7 millones de euros, por los hoteles Beverly Playa en Paguera (Mallorca) y Beverly Park en Maspalomas (Gran Canaria) y pide siete años de cárcel para cada uno.
En concreto, están acusados, además de Álvaro, Zoilo, José María, Javier -también en prisión-, Alfonso y Pablo Ruiz-Mateos, además de Jose María Ruiz-Mateos, su padre, empresario fundador de Rumasa y Nueva Rumasa, fallecido en septiembre de 2015.