El grupo de trabajo constituido en la Federación Onubense de Empresarios (FOE) tras el incendio de Moguer, originado el pasado 24 de junio y que arrasó casi 8.500 hectáreas, ha valorado en más de diez millones de euros las pérdidas ocasionadas al sector turístico de la zona, sobre todo en los campings, mientras Asaja-Huelva ha cifrado en cinco millones los daños ocasionados en el sector agrícola.
La organización agrícola ha realizado un sondeo entre sus asociados afectados y una valoración económica de las pérdidas ocasionadas por el siniestro, en la que no se incluye el valor medioambiental de las fincas calcinadas y las mermas en producción que sufrirán en próximas campañas a causa del fuego. De este sondeo se desprenden daños de considerable gravedad en una decena de explotaciones agrarias y forestales.
Por su parte, la FOE, tras la extinción del fuego, creó un equipo que se interesó sobre el terreno por los efectos del incendio en el sector turístico, el más perjudicado junto al agrícola de ese grave incidente, al que "por parte de las administraciones ya se está dando respuesta restaurando las zonas afectadas con diligencia", ha informado la federación en un comunicado.
"Queda ahora que ese mismo interés se centre en las empresas que han sufrido daños directos", señalan desde la FOE. De ahí que todos los afectados han podido aportar con detalle qué pérdidas han sufrido, dando esto la posibilidad a la FOE de elaborar un informe con los perjuicios causados a pymes y autónomos de la comarca de Doñana, afectando de forma principal a los núcleos de Mazagón y Matalascañas, que ha sido entregado a la Subdelegación del Gobierno.
Tal valoración se trata sólo de una primera aproximación ya que, siendo reales y cuantificables, queda pendiente por determinar el impacto económico futuro que supondrá para esta parte de nuestra geografía provincial la recuperación del entorno, de ahí que cualquier previsión y repercusión económica es arriesgada hacerla.
Anulaciones de reservas, cese de actividades lúdicas, recreativas y de tiempo libre, destrozos en materiales y elementos de diferente consideración son los principales efectos que el incendio ha tenido sobre la actividad que realizan las empresas de alojamiento y turismo activo de la zona, localizadas entre Mazagón y Matalascañas, sin olvidar al sector agrícola.
DAÑOS EN TÚNELES Y PLANTAS
Precisamente, Asaja ha cuantificado daños en túneles y plantas --arándanos, fresas y moras, fundamentalmente--, lo que repercute non sólo en la pérdida de las mismas, sino en el cese de productividad que estas han experimentado y que en el caso de los arándanos tendría que cuantificarse a más largo plazo, ya que los arbustos cuentan con una vida útil de unos cinco años.
Otras plantas, aunque no hayan sido completamente arrasadas por el fuego, sufren un fuerte estrés y deshidratación debido al brusco aumento de la temperatura, lo que incidirá negativamente en su capacidad productiva o incluso puede causar su decaimiento y su muerte a más largo plazo.
Lo mismo ocurre con elementos materiales como tuberías, goteros, electroválvulas, cuerdas o plásticos térmicos. De momento, se ha podido cuantificar la pérdida de aquellos que están visiblemente inservibles pero en otros muchos casos esos materiales deberán ser sustituidos más adelante, cuando se constate si han perdido capacidad y funcionalidad por la cristalización que provoca el calor sobre estos elementos.
Las fincas más afectadas se encuentran en la zona de El Avitorejo. Se da el caso de una finca de uso forestal de unas 130 hectáreas que ha sido completamente arrasada por las llamas y cuyo balance de daños, sólo en el valor de la madera perdida, supera los 500.000 euros.
Este balance de daños ha sido registrado hoy en la Subdelegación del Gobierno por los responsables de la FOE, junto a los informes de otros sectores empresariales de la provincia que también sufrieron las consecuencias del incendio del entorno de Doñana.