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Sevilla

Acusado de matar a la hija de la cantaora Juana Vargas pide "perdón"

Manuel R.M. ha hecho hoy uso de su derecho a una última palabra al terminar el juicio para pedir "perdón a la familia" y mostrarse "muy arrepentido"

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  • El acusado -

Manuel R.M., acusado de matar a su exmujer María del Castillo Vargas, hija de la cantaora Juana Vargas, ha hecho hoy uso de su derecho a una última palabra al terminar el juicio para pedir "perdón a la familia" y mostrarse "muy arrepentido".

Tras la exposición de las conclusiones finales de la Fiscalía, la acusación particular, la acusación popular ejercida por la Junta y la defensa, el juicio ha concluido y el jurado comenzará a deliberar mañana a partir de las 11.00 horas cuando el tribunal le entregue el objeto del veredicto.

A la salida de la sesión de hoy, de la que los hermanos de la víctima se han salido cuando hablaba la defensa visiblemente molestos, la tía de la víctima ha dicho que el perdón pedido hoy por el acusado a la familia y especialmente a la madre "ya no vale para nada" y ha reclamado que "se haga justicia" y el acusado cumpla "todo lo que le tenga que caer" por el crimen perpetrado la madrugada del 8 al 9 de diciembre de 2015.

Manuel R.M. se enfrenta a entre 30 y 33 años de cárcel por los delitos de asesinato, malos tratos habituales, allanamiento de morada y quebrantamiento de condena -ya que la noche del crimen accedió a la casa de la víctima por la ventana pese a tener una orden de alejamiento por denuncias previas de violencia de género-, delitos que para las tres partes acusatorias han quedado acreditados.

La defensa pide que se le condene por homicidio y no por asesinato porque "no hay ataque sorpresa" pues ella le esperaba "despierta" en el sofá "con las zapatillas puestas" porque "habían quedado para hablar", "no hay ensañamiento" ya que las 40 puñaladas asestadas no buscaban "añadir dolor" sino cumplir con su "intención de matar" -por lo que "la hiere tantas veces como son necesarias hasta que María del Castillo se queda quieta"- y "no hay premeditación" sino que fue todo fruto de un "arrebato" por "celos" de una "mente machista y enferma que descubre que su mujer está rehaciendo su vida y sale el instinto primario del macho".

La abogada de Manuel R.M. ha expuesto que aún hoy el acusado le sigue diciendo que "él no ha dado 40 puñaladas a su mujer, que es imposible, si es que no era consciente, ¿qué le digo que admita si no lo recuerda, si es que no lo asimila?".

La defensa solicita que sea condenado por homicidio con las atenuantes de drogadicción, al haber consumido cocaína, arrebato pasional y confesión, si bien las acusaciones sostienen que en ningún momento confesó ya que cuando acudió la misma noche del crimen a la comisaría de Lebrija (Sevilla) dijo a los policías que había discutido con su mujer pero que ella "estaba bien en casa de su madre".

En el juicio declaró que fue a su casa porque habían quedado, entró por la ventana porque ella no le abrió aunque la luz estaba encendida y que hubo un "forcejeo" y ella "se tiró por la ventana".

Las acusaciones sí han modificado, a tenor de los testimonios de los forenses y peritos, el relato de cómo ocurrieron los hechos al señalar que ella se descolgó por la ventana intentando huir y no la tiró él y que el apuñalamiento se produjo en la calle y no en el domicilio, pero consideran que fue un asesinato premeditado con alevosía y ensañamiento.

Sostienen que María del Castillo "murió sufriendo de forma extrema porque mientras se ahogaba en su propia sangre Manuel seguía apuñalándola", "experimentó el máximo dolor y agonía" y "no tuvo ninguna posibilidad de huir" pues nada más descolgarse por el balcón él se tiró detrás y se tiró encima para acuchillarla.

Subrayan que el acusado maltrató a la víctima de forma habitual, que era un "hombre violento" que la "amenazaba constantemente" merodeando por el bar que regentaba e incluso diciendo a sus hijos que "si la veía con otro le cortaría la cabeza" y al que ella "tenía miedo".

"Si justificamos los celos como atenuante estaríamos justificando el 100 % de los delitos de violencia de género", denunció la fiscal, mientras que para la abogada de la Junta "como sociedad no podemos permitir que se califique esto como crimen pasional, era un maltratador habitual y consideraba a María del Castillo como su propiedad".

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