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Los fallos de construcción fuerzan nuevos derribos en la Comisaría

Las continuas demoliciones pueden impedir ya el cumplimiento de los plazos de ejecución de las obras

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La piqueta ha regresado estos días al solar en el que se construye la futura Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para dar continuidad al derribo de una parte de la estructura del forjado iniciado el pasado mes de septiembre, un hecho que empieza a poner en serio riesgo el cumplimiento de las fechas de ejecución de las obras, que debían concluir en diciembre del próximo ejercicio.

Los derribos que se han producido en estos últimos días guardan relación con la inspección realizada meses atrás por la dirección facultativa de las obras, que asumen los técnicos de la Delegación municipal de Urbanismo. No se trata por tanto de un nuevo problema, sino de la necesidad de dar respuesta al requerimiento que se hizo a la constructora al haberse detectado que el hormigón utilizado en esos forjados no estaba en las mejores condiciones.

Como ya se ha comentado, esta sucesión de demoliciones de obras recientemente ejecutadas compromete el cumplimiento de los plazos iniciales, estimándose que el retraso en la finalización de los trabajos podría oscilar entre los tres y los seis meses, lo que impediría que el nuevo edificio entrase en servicio antes del segundo semestre de 2019.

Esta situación empieza a generar inquietud entre los propios funcionarios policiales, que confiaban en trasladarse cuanto antes a las nuevas dependencias teniendo en cuenta el precario estado de conservación que presenta el edificio de la plaza del Arroyo. El secretario provincial de la Confederación Española de Policía (CEP), Sacrificio Martínez, se ha quedado “a cuadros” tras conocer que en el solar de la barriada de la Asunción se están llevando a cabo nuevos derribos, toda vez que daba por hecho que la situación ya se había solventado. “Contábamos con que se podría producir un retraso, pero ahora vemos de nuevo a las máquinas dando picotazos a la estructura”, lamenta.

Por este motivo, el sindicato va a pedir “explicaciones” al Ministerio del Interior para que se aclare qué está ocurriendo en el desarrollo de estas obras y cómo puede afectar esta sucesión de derribos a la conclusión de los trabajos. “Alguien tiene que hacerse responsable de esto, porque no puede ser que se esté construyendo y derribando”, insiste. Mientras tanto, la situación de la comisaría del Arroyo se sigue agravando. “Como están haciendo una comisaría nueva, pues aquí la inversión es mínima. Esto está en situación de abandono, con un mobiliario penoso, sin climatización, y con fisuras en el techo y en las paredes”, asegura.

El CEP es consciente de que en el edificio de la plaza del Arroyo queda por vivir “un invierno muy duro”, que podría ser aún peor en el supuesto de que las lluvias hicieran acto de presencia. “Como empiece a llover los techos se van a venir abajo”, advierte.

Esperando el cobro de dos nóminas

De manera paralela a estos derribos, hasta nueve ferrallistas que trabajaron en la obra este pasado verano reclaman todavía el cobro de dos nóminas. El caso ha sido ya denunciado, estando previsto que el próximo jueves 30 se celebre un acto de conciliación para tratar de evitar el juicio. Los obreros fueron contratados por la empresa Ferroutrera, que es a su vez una subcontrata de Vías y Construcciones, la empresa a la que se adjudicó la construcción del edificio. La relación laboral entre los trabajadores y Ferroutrera concluyó el pasado 25 de agosto, justificándose este despido en la situación económica de la subcontrata.

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