Zelaya fue recibido ayer con honores de jefe de Estado por el presidente peruano, Alan García, quien subrayó el apoyo de su país a los esfuerzos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Plan Arias para restituir a Zelaya en el Gobierno y restaurar la democracia en el país centroamericano.
“Nosotros respaldamos al Gobierno democrático de Honduras y respaldamos los acuerdos de la OEA, como el Plan Arias”, afirmó García al recibir en Palacio de Gobierno a Zelaya en una visita que se anunció por sorpresa en la tarde del martes y en la que el gobernante peruano no escatimó gestos efusivos.
El canciller peruano, José Antonio García Belaúnde, había señalado ayer que el presidente recibiría a Zelaya con “honores restringidos” –es decir, sin alfombra roja ni himnos nacionales- por tratarse de una “reunión de trabajo”, pero Zelaya tuvo a la entrada y la salida honores militares de parte de los Húsares de Junín.
Tras su entrevista, Zelaya compareció ante los numerosos periodistas acompañado solamente por el canciller peruano y fue entonces cuando hizo extensas declaraciones.
“El retorno a mi país es inminente, yo no puedo renunciar a eso, no puedo aceptar vivir desterrado”, dijo Zelaya, quien ya ha intentado en varias ocasiones regresar a Honduras, aunque solo en una de ellas logró ingresar durante breves momentos por tierra para salir de inmediato.
Si bien dejó claro que el Gobierno de Estados Unidos no tuvo ninguna implicación en el golpe de Estado que lo desalojó del poder el pasado 28 de junio, Zelaya sí se quejó de la posición que ha adoptado la administración de Barack Obama: “Lo digo con todo respeto: las medidas tomadas han sido tibias y de mano suave contra los golpistas”.