Los precios de venta y alquiler de la vivienda continúan disparándose cada trimestre en Portugal, pero ni autoridades locales ni inversores quieren oír hablar de una presunta "burbuja", que niegan con vehemencia con el argumento de que, pese a su precio, las casas se compran y se arriendan.
"Si no fuera accesible no habría nadie que pudiese pagarlo", la frase, pronunciada frecuentemente en el congreso inmobiliario que ha reunido a los mayores especialistas del sector en la península ibérica esta semana en Estoril, a treinta kilómetros de Lisboa, resume una visión que contrasta con la de los ciudadanos.
Portugal cuenta con dos grandes polos de población: Lisboa y Oporto, donde los precios de la vivienda se han incrementado un 11,2 % en el segundo trimestre respecto al año anterior.
En Lisboa, el metro cuadrado cuesta en promedio 2.581 euros, lo que hace que muchos se decanten por el alquiler, que también se ha disparado en los centros de ambas urbes un 20 % solo entre enero y marzo, fundamentalmente por la expansión del alojamiento turístico.
El resultado son viviendas de una habitación por 750 euros, un fenómeno que en un país donde el salario medio ronda los 800 euros ha provocado un éxodo a la periferia, ahora más cara.
Pero las autoridades no consideran que haya una "burbuja".
"Si hablamos de Oporto creo que no. Lo que tenemos es un desajuste claro entre la demanda y la oferta", explica a Efe Ricardo Valente, concejal de Economía, Turismo y Comercio del Ayuntamiento de Oporto.
Las subidas "para nosotros, como entidad pública, no son relevantes, porque es otro el que asume el riesgo", afirma en relación a los agentes que operan en el mercado inmobiliario, y asegura que la preocupación del consistorio es que esos proyectos "sean acordes con nuestro plan de desarrollo".
"Queremos tener una ciudad con turismo, pero con empresas y habitantes. Para nosotros es el factor relevante. ¿Los precios? El mercado los dicta", comenta.
¿Pero qué pasa cuando los precios son tan altos que los habitantes no pueden pagarlo? Valente responde: "No todo el mundo tiene que vivir en Oporto".
"Claro que tienes zonas de la ciudad con precios muy altos, pero ¿cuánto representa del total de la oferta de la ciudad? Es un mito. Es pura demagogia", asegura, que haya una burbuja.
El Ayuntamiento de Oporto, gobernado por Rui Moreira, político independiente, trabaja para generar más capacidad constructiva en terrenos municipales, dice Valente, donde lanzar un proyecto piloto de alquiler accesible para clases medias.
Eso es todo, agrega, porque "no creemos en medidas de control de precios", que han subido muy rápido -admite-, aunque "eso no quiere decir que sea caro, lo que quiere decir es que la velocidad de la subida ha sido muy rápida".
Y defiende el uso turístico de los edificios del centro si "no tienen condiciones".
"Hay zonas de la ciudad donde no puedes tener gente viviendo porque los edificios no tienen condiciones, porque son muy pequeños, porque no tienen ascensor, porque no hay plaza de estacionamiento. ¿Vas a traer familias para el centro de una ciudad sin estacionamiento, sin ascensor? No. Típicamente lo que vas a hacer es turismo", zanja.
Es una opinión que no dista mucho de la de los especialistas congregados en Estoril, que restan importancia a la que es la principal preocupación de los ciudadanos.
"Estamos lejos de cualquier límite, no es una situación nada complicada. Si miramos al portal de información Confidencial Imobiliário, ahora mismo, por muy raro que sea, estamos volviendo a 2010-2011. Con lo cual hablar de una hiperinflación en Portugal es erróneo totalmente", afirma António Gil Machado, director de Iberian Property.
A su juicio, lo que ha sucedido es que "el turismo en Portugal subió muchísimo, y todos quieren ir al centro", donde se ha sentido una "presión" y "una nueva economía basada en Airbnb".
"Pero eso no es Portugal, es la realidad de tres barrios de Oporto y tres de Lisboa, que además estaban vacíos, porque vivía ahí muy poca gente", sostiene, en alusión a Alfama, Castelo y Mouraria, algunos de los barrios más afectados, donde sus habitantes superan de media los 55 años y han ocupado toda la vida la misma casa.
Los analistas auguran nuevas subidas de los precios en los próximos meses.
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Burbuja inmobiliaria, el fenómeno que no existe en Portugal
Los precios de venta y alquiler de la vivienda continúan disparándose en Portugal, pero ni autoridades locales ni inversores quieren oír hablar de "burbuja"
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