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?Con 18 meses tuve una parálisis y me pusieron una pierna ortopédica?

Cristóbal García Domínguez ?Minusválido?

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  • Cristóbal García ha sido el fundador y entrenador de varios equipos de fútbol. -
  • ?Era un chaval muy serio y de pocas palabras. Ha sido un monstruo porque como persona era extraordinario y como torero una maravilla?
  • ?No tengo por qué pedir ayuda a la gente, porque tengo derecho a acceder a todos los sitios como cualquier otro ciudadano?
  • ?Hay una falta de civismo grande porque la gente deja los coches en los pasos de peatones, impidiendo el paso de carritos o sillas de ruedas?
Cristóbal es muy buena gente, querido y apreciado por el pueblo. Hombre cabal y fiel a su Algeciras de su alma, habiendo fomentado el fútbol base durante muchos años desde su gran afición.
?Hace siete u ocho meses me dio una subida de azúcar dejándome baldado de la cintura para abajo. Este carrito me lo dio la Seguridad Social?
— Haga un breve recorrido por su infancia.
—Nací en Algeciras el 6 de julio de 1935. Mi padre trabajaba en el muelle, en su vendeduría de pescados llamada Hermanos García. Somos cuatro hermanos. Estuve en las monjas, después en los salesianos y posteriormente con don Isidoro y con don Juan Hoyo. Pero como no me gustaba estudiar estuve hasta los quince o dieciséis años. Antes Algeciras era una maravilla mejor que ahora. Todo el mundo vivía del muelle y en mi casa la situación estaba bien. Nos mudamos a la calle Real y por el callejón del Muro y por esa zona del centro era mayormente por donde me movía de chico.

—¿Algún problema en su infancia?
—Con 18 meses cogí una parálisis infantil y me pusieron una pierna ortopédica. Tengo más de 15 operaciones en la pierna. Mi padre cuando se enteraba de algún buen médico me llevaba. Los médicos estudiaron conmigo, porque la medicina estaba de aquella manera y no había de nada.

—¿Cómo le ayudaba a su padre trabajando?
—Cuando venía un barco con pescado yo lo subastaba en la lonja. Mi padre me decía que saliera por un precio y la gente pujaba.

—Su vida ha estado condicionada a su enfermedad.
—Ojala hubiera estado bien porque me gustaba mucho hacer deportes. Y como me gustaba tanto el fútbol empecé a sacar equipos como El Imperial, Los Amigos o La Amistad. Tenía muy buenos equipos, habiendo pasado muchos jugadores entre ellos Hita, Arnau, Jorge Tejada, El Calle, Juanito Salas, Martín El Caninas o Luciano.

—Supongo que será del Algeciras CF hasta la médula.
—Antes cuando era joven me sacaba el carné todos los años y era socio del Algeciras CF. Pero ya no al ponerse las cosas como se pudieron, borrándose mucha gente entre ellos yo, porque no veía las cosas claras al entrar gente que no debería de haber entrado.

—¿Su hermano e hijos son futbolistas?
—A mi hermano le decían García Domínguez El niño Paco y ha jugado con el Jaén en Segunda División. Después estuvo en el Cartagena. Mis cuatro hijos son muy buenos jugadores también.

—Aquella rivalidad entre los equipos de las barriadas era bonita.
—Aquello era precioso y al campo de La Cigüeña iban más gente que a ver al Algeciras. Desde las ocho de la mañana y hasta las seis de la tarde sólo era fútbol. Y cuando nos teníamos que desplazar le alquilábamos la furgoneta a Melgar y ahí nos metíamos 15 o 16 tíos. Aquellos recuerdos son muy bonitos.

—¿Algeciras ha cambiado mucho?
—Era otra cosa con mucha alegría, porque ese hormigueo de gente tomando café en el Piñero (Café Piñero) y después irse esa riada de gente al campo era muy bonito. El antiguo Mirador se llenaba todos los domingos.

—Le diré que al residir en la barriada Sierras de España (Barrio del Poco Aceite), cuando era chico con Pepe Valero y otros niños, ayudábamos al difunto Pepe Peña y a su esposa Lola en los vestuarios del Antiguo Mirador.
—El hermano, Manolo, es íntimo amigo mío, estaba de portero en el Cine Almanzor. Me acuerdo mucho de Pepe Peña y era muy buena persona.

—¿Por qué va en sillas de ruedas?
—Porque hace siete u ocho meses me dio una subida de azúcar dejándome baldado de la cintura para abajo. Este carrito me lo ha dado la Seguridad Social.

—¿Cómo se las apañas con tantas obras y barreras arquitectónicas?
—Está la cosa complicada pero esta gente que gobiernan están mejorando la situación, aunque queda mucho por mejorar. El otro día tuve que pedir ayuda porque no pude acceder a las oficinas para pagar la contribución. Me pasa lo mismo con muchas tiendas de la calle Ancha, que tienen unos escalones altos y no puedo entrar.

—Es una verdadera pena pero esto es lo que hay.
—Hay una falta de civismo grande porque la gente deja los coches en los pasos de peatones, impidiendo el paso de carritos de niños o de sillas de minusválidos.

—¿Algún caso que le haya ocurrido con algún incivilizado?
—Una vez fui a pasar por el Banco de Andalucía y un individuo puso el coche en el paso de peatones. Le dije que no podía pasar contestándome: “No quito el coche hasta que no arregle las cosas del banco”. Llamé a la Policía y los agentes actuaron muy bien contra ese señor diciéndole un policía: “¿a usted no le da vergüenza tomar esa actitud y hablar así, como está este señor”.

—¿Cómo se ve el mundo desde una silla de ruedas?
—Es muy distinto y salvo raras excepciones he tenido suerte porque la gente se ofrece a ayudarte. Pero no tengo por qué pedir ayuda a la gente, porque tengo derecho a acceder a todos los sitios como cualquier otro ciudadano.

—Sé que le gusta mucho también los toros y el boxeo.
—En aquellos años iba mucho al Cine Avenida, Sevilla y a otros sitios a ver las veladas de boxeo que montaban. Por entonces estaban los hermanos Losada y Céspedes de Málaga entre otros muchos. Y en cuanto a los toros siempre he sido de Miguelín, estuvimos en los salesianos y tengo fotos con él de aquella época. Era íntimo amigo mío y muchas tardes tomábamos café y me llevaba a su finca.

—’Miguelín’, un genio incomprendido.
—No lo han comprendido aquí, pero era un chaval muy serio y de pocas palabras. Conmigo se ha portado de maravillas, pero con mucha más gente también y lo que daba lo hacía desde su corazón. Para mí ha sido un monstruo porque como persona era un ser extraordinario y como torero una maravilla.

—¿Siempre trabajó en el negocio familiar del muelle en Algeciras?
—Residí en Jerez durante unos 15 años, porque estuve trabajando de almacenero en Puertas Normas. Pero cuando aquello quebró me vine de nuevo para Algeciras.

—¿Dónde se colocó?
—Solicité un quiosco al alcalde de entonces que era Ernesto Delgado. Se portó muy bien conmigo. Era y es una excelente persona.

—¿Con sus hijos qué tal?
—Son una maravilla y me adoran. Siempre están pendiente de mí. Con mis hijos me ha tocado la lotería porque son unos fenómenos. Mis niños llevan una vida sana haciendo mucho deporte, sin fumar y sin trasnochar.

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