El legendario hospital de San Juan de Dios tiene los días contados. Con toda probabilidad cerrará sus puertas a principios del próximo año y, con ello, dejará de atender a alrededor de veinte ancianas. La falta de vocaciones como problema general de la Iglesia y la ‘jubilación’ de las hermanitas de la congregación de las Hijas de La Caridad de San Vicente de Paul hacen inviable la continuidad de este servicio. Además, el cierre afectará a más de una veintena de trabajadoras de la empresa Eulen, que mantiene a día de hoy un concierto con la Junta de Andalucía.
Aunque parte de la opinión pública culpa directamente al equipo de Gobierno de Arcos, nada más lejos de la realidad, pues el alcalde de Arcos viene manteniendo reuniones personalmente con las partes afectadas para buscar una solución, la cual no pasaría por el mantenimiento del asilo de ancianas en su ubicación actual. Isidoro Gambín ha explicado que el Ayuntamiento no tiene competencias sobre un edificio que no es de su propiedad y sobre el servicio en sí, pero ha señalado que le preocupa realmente la situación de las usuarias del centro y de la plantilla de trabajadoras. La primera solución que aporta la Junta es que las residentes sean acogidas en otro centro siempre y cuando se encuentre en el área “social” de Arcos, entre otros motivos porque el convenio de la empresa Eulen y la Junta seguiría vigente.
Según Gambín, las negociaciones “van por buen camino”. En este sentido, ha anunciado una próxima reunión con la directora General de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía. El alcalde llegó a decir que “no se les abandonará”, en alusión a las ancianas que actualmente se encuentran acogidas en el hospital de San Juan de Dios. Asimismo, señala que lleva meses tratando este tema en las instancias pertinentes y de forma silenciosa. El Obispado le habría transmitido que no existe congregación religiosa alguna que en estos momentos se pueda hacer cargo del hospital. A todo, el alcalde ha reclamado a la Diócesis Asidonia-Jerez que, en caso de que pretenda dar un uso futuro al edificio, lo comunique en tiempo y forma al Ayuntamiento, que estaría interesado en darle una función cultural o social, según avanzaba Isidoro Gambín.
El emblemático edificio data del siglo XVI y más allá de su valor monumental, enclavado justo a la entrada del casco antiguo, en la Cuesta de Belén, destaca el sentimental y el religioso, pues anexo se encuentra la iglesia del mismo nombre que alberga, entre otras, al antiquísimo Cristo de la Vera Cruz.
