La pérdida de más de un millar de empleos tanto en la zona de la central nuclear como en su área de influencia, “supondrá un duro golpe tanto a la comarca del Ebro burgalés como a Castilla y León”, manifestó ayer a los periodistas el portavoz del Gobierno regional, José Antonio de Santiago-Juárez, al término del Consejo.
“Nos encontramos ante un cierre arbitrario, injustificado e injustificable, de una actividad empresarial rentable en términos económicos, segura como dictaminó el Consejo de Seguridad Nuclear”, argumentaron.