La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado recientemente licencias de obras con relación a proyectos de apartamentos turísticos promovidos en la Alameda de Hércules y la calle General Castaños, en pleno casco histórico de la ciudad.
En concreto, y según el acta de la última reunión de la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo, consultada por Europa Press, recientemente dicho organismo ha aprobado una licencia destinada a obras de reforma en una "edificación plurifamiliar" de la Alameda de Hércules, en el sector norte del casco histórico, "resultando un edificio de tres plantas más ático destinado a uso terciario hotelero para un complejo de ocho apartamentos turísticos de una llave".
Del mismo modo, ha sido aprobado un reformado de proyecto, respecto a una actuación con licencia ya concedida meses atrás, para la transformación de un edificio de uso residencial desarrollado en tres plantas y ático de la calle General Castaños, también en el casco histórico, a un uso terciario materializado en cinco apartamentos turísticos.
Estas autorizaciones se suman a las múltiples licencias concedidas en los últimos tiempos para nuevos apartamentos turísticos en las plazas del Salvador y de Santa Cruz y las calles Vidrio, Conteros, Don Alonso el Sabio, Feria, Campana, Hernando Colón o Santa Paula, por citar algunos de los proyectos de nuevos apartamentos turísticos impulsados en la capital andaluza.
Tales proyectos, en cualquier caso, vienen a incrementar la oferta de viviendas turísticas de la capital andaluza, donde el "Colectivo-Asamblea Contra la Turistización de Sevilla" y otras voces avisan de las consecuencias de la proliferación de la oferta turística.
LA OFERTA TURÍSTICA
Y es que según este colectivo, los datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a julio de 2018 reflejaban que entonces había en Sevilla un total de 21.629 plazas hoteleras repartidas en 223 establecimientos; mientras que las viviendas con fines turísticos suponían 7.305 plazas repartidas en 3.441 pisos, sin contar con las viviendas con fines turísticos no regularizadas y por ende ajenas a las estadísticas.
Como consecuencia de ello, según el colectivo, el casco histórico y Triana afrontan un "contexto de casi saturación" al ser "rebasada" la capacidad de absorción de turistas de tales entornos, lo que se traduce en una subida de los precios del alquiler en tales zonas y la consiguiente "expulsión de población de sus hogares" al no poder afrontar los precios de la vivienda.