El Ayuntamiento de Sevilla se ha marcado un plazo de diez años para dejar de tener los barrios más pobres del país, lo que exige un "cambio de mentalidad" en las ayudas, con una evaluación continua de los resultados, y una mayor implicación de las administraciones y de la sociedad civil.
Así lo ha manifestado en una entrevista con Efe el concejal Juan Manuel Flores, al que el alcalde socialista Juan Espadas le ha nombrado delegado especial de las "zonas de transformación social", la primera vez que desde el Ayuntamiento se hace un encargo específico para esos barrios, con un enfoque "global" y atendiendo a los objetivos de Naciones Unidas.
La realidad a la que se enfrenta Flores, neurólogo de profesión y con experiencia en la gestión municipal, es que Sevilla concentra a seis de los quince barrios más pobres del país, entre ellos el primero y el segundo: el Polígono Sur, con 4.897 euros de renta media anual por habitante, y Los Pajaritos-Amate, con 5.389 euros.
Torreblanca, con 5.710 euros, ocupa el cuarto lugar; Cerro-Su Eminencia, con 7.003 euros de media de renta, la décima; La Oliva (7.118 euros), el doce, y Polígono Norte-Villegas (7.277 euros) el catorce.
"En cuatro años no vamos a revertir situación, pero hay que empezar a caminar y a planificar", explica Flores antes de recordar que para el próximo año se destinan 60 millones de euros a planes integrales en zonas desfavorecidas, donde viven 105.000 personas, el 15 % de la población sevillana.
El concejal no se "atreve" a dar una cifra del dinero que habría que invertir en diez años para cumplir sus objetivos. "Tiene que ser considerable", se limita a decir.
Su principal preocupación en las actuaciones previstas en esos barrios se refiere a la juventud. El objetivo es que los chavales que ahora tienen diez años, con veinte estén trabajando o estudiando y "no fuera del circuito", con unos índices de absentismo escolar igual al de la media y no hasta cuatro veces más, como ocurre ahora.
Flores, que mantiene las delegaciones de Empleo e Innovación Social, reconoce que las actuaciones en el barrio más pobre del país no han logrado los objetivos previstos a pesar de la unión del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Estado en el Comisionado del Polígono Sur, que funciona desde 2003, por lo que propone cambios para afrontar los problemas.
A pesar de que con el Comisionado se han "avanzado" en algunos aspectos para cambiar "realidades muy duras", admite que se tendrían que haber logrado "mejores" resultados. "Se puede decir fracaso o como se quiera, lo cierto es que no hemos conseguido lo que se pretendía" y el Polígono Sur sigue siendo el barrio con la renta per cápita más baja del país y mantiene la "marginación social".
Una de las novedades que pretenden incluir para revertir esa dinámica es elaborar "sistemas de registros fiables" que permitan comprobar la evolución de las iniciativas que se aplican y los logros obtenidos.
Es necesario una "forma diferente de hacer el trabajo", con un registro de datos que permita "evaluar dónde avanzamos y dónde no para canalizar prioridades", resume Flores.
Las iniciativas municipales, recogidas en el Plan Estratégico 2030, incluyen actuaciones que afectan a las personas y también al urbanismo con el objetivo de que los vecinos "quieran seguir viviendo allí y que a medio plazo haya gente que quiera ir" a esas zonas.
Otras de las modificaciones que quieren aplicar se refieren a los planes de empleo, que por primera vez incluyen fondos propios municipales, con 2,2 millones de euros.
Flores alude al cambio de "mentalidad y cultura: no queremos subvencionar para dar cursos", sino que "exigimos resultados" y contratos con alta en la Seguridad Social, precisa.
En esos planes, que comenzaron con seis proyectos hace dos años y han subido a once para 2020, el Ayuntamiento invierte 4.000 euros por cada contrato, lo que demuestra que es una "buena herramienta" para acabar con las enormes tasas de paro en esas zonas, de hasta el 50 %.
Para abordar la pobreza en Sevilla, Flores reitera que se necesita una visión "holística", con la coordinación entre todas las áreas municipales, y pone como símil lo que ocurre en las orquestas bien sincronizadas para que "cada uno no vaya a su ritmo".
Tras defender la "buena relación" que mantiene con la Junta, gobernada por PP y Cs, reivindica la implicación de todas las administraciones y de la sociedad civil sevillana, que define como "muy generosa" y solidaria.
En esa alianza con la sociedad civil, Flores se refiere al papel "clave" de las empresas para contratar a las personas en los barrios más desfavorecidos y subraya el cambio que ha confirmado durante los últimos años en el sector empresarial, donde el concepto de responsabilidad social está cada vez "más interiorizado", es "más patente" y no se limita a ser un "discurso formal".