El tercer libro de César Brandon, Akeva, completa su primera trilogía, una emotiva historia, que llega después de gritar en su primera obra, susurrar en la segunda y digerir el éxito tras el programa Got Talent.
César Brandon, de origen guineano y residente en Ciudad Real, visitó Viva Sevilla.
¿Qué nos cuenta en esta nueva historia?
–Es la historia de una chica que se hace llamar Agosto, porque no acepta el nombre que le dieron, ni los apodos que le vienen. Ella sólo acepta los nombres que hacen justicia a sus portadores. Está contada en formato de diario, pero desordenado. Nos cuenta su perspectiva del mundo y los problemas que tiene en la actualidad.
¿Es cierto que en esta emotiva obra nos invita a descubrir su mundo?
–En realidad son el mismo mundo. Son mis experiencias las que se van contando con la voz de una niña. Es mi mundo, pero a la vez es su mundo y también el que nos rodea.
¿Qué diferencias hay entre ‘Akeva’ y sus primeras obras, ‘Las Almas de Brandon’ y ‘Toda la felicidad del universo’?
–La primera diferencia que me gusta remarcar es la sensación del libro. Las Almas de Brandon era un grito, yo vendía, o regalaba, el libro en el metro, plazas y calles, porque tenía la necesidad de que se leyera y se conociera a Brandon, por eso es un libro caótico, que tiene poesía, relato y mucho más. Toda la felicidad del universo es más un susurro, lo escribo después del éxito en la televisión y es como mi verdadera entrada en el mundo literario. Es un susurro porque soy yo hablando desde el silencio, es como encontrarme a mí mismo y digerir lo bueno y lo malo que tiene llegar al éxito. Un ejercicio más de expresar que de contar. Akeva es una forma de cerrar la trilogía. Después de gritar y susurrar me toca contar historias.
En 2018 colocó el listón muy alto: el poeta que más vendió en toda España. ¿Con ‘Akeva’ seguirá siendo así?
–No estoy tan seguro, creo que podría pasar, pero necesitará más tiempo. Creo que es un libro que conforme se vaya leyendo se irá recomendando. Irá cogiendo su poso con el tiempo.
La participación en Got Talent fue fundamental para que se le conociera a nivel nacional, ¿Qué recuerdos le quedan de esa experiencia?
–Del momento en sí, todos los recuerdos son positivos, más allá de los largos momentos de espera. Para mí fue una experiencia positiva porque aprendí mucho sobre el trabajo que hay detrás de un programa así y sobre todo de lo reales que son las personas que participan. Yo soy uno de ellos, personas que van ahí con sus sueños y sin pensar que lo que están haciendo es una tontería. Fue una experiencia brutal, agradezco el trato de la productora y de todos los trabajadores del programa. También es cierto que asimilar el éxito, así de pronto, no fue fácil.
¿Qué mensaje enviaría a la juventud para que se interese por la literatura y poesía?
–Mandar un mensaje directo a la juventud sobre la literatura es complejo, sobre todo en estos tiempos de la inmediatez y las redes sociales. Más bien enviaría un mensaje a las familias, yo siempre he pensado que si un padre o una madre le ponen un libro en las manos a un niño, están creando un lector. Les digo que lean, mi libro, y el libro de cualquier escritor.