Tras casi dos décadas de guerra y más de un año de negociaciones, Estados Unidos y los talibanes dieron hoy un histórico paso en la capital catarí al firmar un acuerdo de paz, que prevé la completa retirada de las tropas internacionales destacadas en Afganistán.
El representante especial para la Paz de EE.UU., Zalmay Khalilzad, y el mulá Abdul Ghani Baradar, por parte de los talibanes, firmaron el texto ante representantes de países como Indonesia, Turquía y Pakistán, además de enviados de la ONU o de la OTAN. Tan pronto como se levantaron de la mesa, los dos hombres se dieron un apretó de manos y la sala, en la que había un gran número de talibanes con sus tradicionales turbantes y largas barbas, rompió en aplausos y gritos de "Alá es grande".
Según fuentes cataríes, estuvieron presentes al menos nuevo ministros de Exteriores de diferentes países, además del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien ofreció una breve rueda de prensa tras la ceremonia.
"Este es un momento lleno de esperanza, pero es sólo el principio, hay una gran cantidad de trabajo por delante en el frente diplomático", sentenció Pompeo en su comparecencia en un hotel de Doha.
A pesar de ello, Pompeo calificó el día de "histórico" y de "paso para la paz real en Afganistán" al destacar que los talibanes se han comprometido a no permitir que el territorio afgano sea utilizado por grupos terroristas para lanzar ataques contra otros países.
Tras los atentados del 11-S, que causaron casi 3.000 muertos en EE.UU., los talibanes, entonces en el poder en Kabul, se negaron a entregar al fundador de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, que en ese momento se escondía en Afganistán.
Sobre el proceso que está previsto que dé comiendo el 10 de marzo en Oslo entre el Gobierno afgano -excluido del actual diálogo con EE.UU.- y los insurgentes, se limitó a decir que será necesario el compromiso de "cada afgano".
El texto del acuerdo, al que ha tenido acceso Efe, estipula que Estados Unidos retirará del país asiático "todas las fuerzas militares" y el personal civil no diplomático en un plazo de 14 meses a partir de hoy. También se retirarán las tropas de sus aliados de la coalición
Por su parte, los talibanes se comprometieron a comenzar en Oslo un diálogo con el Gobierno de Ashraf Ghani, en el que se tratará un alto el fuego "permanente e integral", según el texto del pacto.
Además, para el 10 de marzo, se liberará a 5.000 prisioneros insurgentes y a 1.000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas.
Los talibanes dieron comienzo al proceso para llegar hasta aquí en febrero de 2018, cuando su oficina política en Doha urgió a Washington a tomar parte en un diálogo "directo" después de años de negativas.
En octubre de ese mismo año, Khalilzad y líderes de los insurgentes mantuvieron la primera de más de una decena de rondas de diálogo en Catar, que ha hospedado todas las conversaciones en medio de un gran secretismo.
El pasado septiembre, el presidente de EE.UU., Donald Trump, canceló abruptamente los encuentros en respuesta a un atentado en Kabul en el que murió un estadounidense, si bien el proceso se retomó a finales de noviembre tras una visita del dirigente a Afganistán.
Finalmente, como paso final antes de la firma, el 22 de febrero de 2020 los talibanes implementaron una reducción de la violencia durante siete días, que concluyo anoche sin graves incidentes y que fue la prueba de su buena voluntad, así como la condición de Washington para rubricar finalmente el pacto.