Sólo tiene 14 años, pero Nerea Caballero González ya es autora de un libro, Dilo alto, que desde finales de abril está a la venta en Amazon. A lo largo de sus 32 páginas, esta alumna de 3º de ESO del colegio San José cuenta una historia sobre el bullying para intentar poner su granito de arena a esta problemática después de haberla sufrido en sus propias carnes.
Tal y como explica a Viva Jerez, el proyecto surgió en Epi Kids Lab, la Escuela de Niños Emprendedores de Jerez, a la que asiste los fines de semana. Su primer trabajo consistió en la creación de una APP contra el bullying y, cuando le encargaron un segundo proyecto que enlazara con el anterior, lo tuvo clarísimo. “Me gusta mucho escribir, y en la escuela me han ayudado mucho, sobre todo a intercalar los tiempos del pasado y del presente, y me han ido dando ideas”, señala.
El resultado después de tres meses de trabajo cada fin de semana lo ha plasmado en un relato en el que, aunque “no cuento la historia de nadie, ni mi historia, pero sí algo parecido”, ha intentado trasladar a los lectores cómo se siente la persona que sufre acoso en las aulas y cómo pueden ayudarla, pues ella sabe mejor que nadie cómo se vive en primera persona estos episodios.
En definitiva, que se pongan en su piel, y que tanto las víctimas de estas conductas indeseables como los responsables sepan identificarlas cuando lean su texto. “Me baso en eso, en que sé lo que es el bullying, y lo que intento es que la gente vea lo que se pasa cuando se está sufriendo y cómo pueden superarlo.También quiero que quienes lo provocan, vean lo que están haciendo y lo que puede pasar”, señala.
En cierta medida, como admite, escribir esta historia ha sido terapéutico para ella. “Me ha ayudado, la verdad es que estoy muy contenta”, señala, tras reconocer el carácter reivindicativo de un título, Dilo alto, que decidió con sus compañeras de la escuela de emprendedores, y que refleja la importancia de denunciar este tipo de prácticas y de contarlo en casa.
“Que no se callen, que lo denuncien, que lo digan en alto”, insiste. En su caso, explica, “hablé con mis padres y me ayudaron”, señala. Unos padres que ahora están emocionados con las dedicatorias que Nerea está escribiéndoles, como también está haciendo con los libros que han recibido ya sus amigas y el resto de la familia en estos días. No es tarea fácil, pero está encantada. “Es la primera vez que hago la dedicatoria y me está costando un poquito”, reconoce entre risas.
Pero esto no acaba aquí, quien se haya leído ya el libro de Nerea puede darse cuenta de que tiene una segunda parte, en la que ya está inmersa, aprovechando el confinamiento de estos dos meses. “Es la historia de una niña que va contando un poco lo que le pasó y cómo se encuentra ahora. Pero no cuenta cómo lo superó y cómo le ayudaron. De momento, aunque su carrera como escritora promete, Nerea quiere ser psicóloga y escribir en su tiempo libre “como hobby”.
