Pekín consideró hoy que la ley de EEUU, que prevé sanciones a funcionarios chinos sospechosos de abusos contra los uigures y otras minorías musulmanas de la región china de Xinjiang, "interfiere gravemente" en los asuntos del país asiático y "pisotea flagrantemente el derecho internacional".
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores chino dijo que la ley, firmada este miércoles por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "desacreditó deliberadamente la situación de los derechos humanos en Xinjiang" y "atacó maliciosamente" la política de Pekín en la región.
"El Gobierno y el pueblo chino expresan una fuerte indignación y una firme oposición a esto", afirmó el departamento de Exteriores que aseguró que "la cuestión relacionada con Xinjiang no es una cuestión de derechos humanos, etnia o religión en absoluto, sino una cuestión de antiterrorismo y antisecesión".
China dice que "la combinación de represión y prevención no solo cumple con las leyes chinas, sino también con la implementación de las iniciativas antiterroristas y de desterrorización de la comunidad internacional".
Asegura que sus actuaciones en Xinjiang han "frenado efectivamente el impulso de las actividades terroristas frecuentes y violentas, salvaguardado la unidad y la seguridad del país y garantizado los derechos básicos de las personas de todos los grupos étnicos" de esa región del extremo occidental de China.
"En los últimos tres años, no ha habido casos de violencia en Xinjiang", asegura la nota, indica que se ha respetado "la igualdad y unidad étnica" y la "armonía religiosa" y afirma que la vida de sus habitantes "es estable y pacífica".
Asimismo, considera que el proyecto de ley de EEUU "ignora los hechos e invierte lo correcto y lo incorrecto" e "intenta implementar dobles estándares en cuestiones antiterroristas" lo que -afirma- "expone aún más el daño" por parte de Estados Unidos "a la soberanía y la seguridad de China".
El comunicado califica de "provocación" la aprobación de la ley por parte de Trump, que "debilita la prosperidad y estabilidad de Xinjiang" y muestra las "siniestras intenciones" de EEUU respecto al "desarrollo y el crecimiento" de China
"Una vez más, instamos a Estados Unidos a que corrija sus errores de inmediato y deje de usar el proyecto de ley relacionado con Xinjiang para dañar los intereses de China e interferir en los asuntos internos" del país, asevera.
Y concluye que, de lo contrario, "China, definitivamente, resistirá de manera resuelta y todas las consecuencias derivadas de ello deberán ser asumidas por los Estados Unidos".
La ley de EEUU busca la rendición de cuentas de "los autores de violaciones de derechos humanos y abusos, como el uso sistemático de campamentos de adoctrinamiento, trabajos forzados y vigilancia intrusiva para eliminar la identidad étnica y creencias religiosas de los uigures y otras minorías en China", dijo ayer Trump en un comunicado.
La norma prevé un plazo de 180 días para que Trump envíe a varios comités del Congreso un informe en el que identifique a los funcionarios chinos y otros responsables de torturar, mantener en detención prolongada sin cargos ni juicios, así como de infringir trato cruel, inhumano o degradante a los uigures y otras minorías en Xinjiang.
Aunque la intención es la imposición de sanciones, se concede a la Casa Blanca la potestad de decidir si se aplican o las retiene de acuerdo al "interés nacional".
La firma de la ley por parte de Trump coincidió con la filtración de extractos de las memorias del exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca John Bolton, quien detalla que el presidente de EEUU animó a su homólogo chino, Xi Jinping, a la construcción de esos centros de detención para uigures durante una cena el año pasado en una reunión del G20.
El Departamento de Estado de EEUU asegura que más de un millón de uigures, kazajos, kirguisos y otros miembros de minorías musulmanas han sido detenidos por el Gobierno chino en campos de internamiento, donde podrían haber sido objeto de abusos y torturas.