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A la facultad con muchas dudas aún por resolver

La duda y la incertidumbre crece entre los universitarios de Cádiz por la falta de información y de directrices a poco más de un mes para el comienzo del curso.

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  • Estudiantes, durante las pruebas de acceso a la universidad de este año en una de las aulas del Campus de Jerez. -

La repoblación de las aulas se ha convertido en una auténtica odisea que trae de cabeza a padres y equipos directivos. La desinformación ha sido absoluta y las pocas noticias que se reciben a pocas semanas del inicio del curso, son dadas a cuentagotas. En todos los debates se habla de los niños, los estudiantes de primaria y de secundaria pero, ¿y los universitarios qué? Pocos piensan en los que están más próximos a la inserción laboral. Los estudiantes universitarios se encuentran absolutamente desamparados por unas universidades andaluzas que actúan en conjunto y que según el Ministerio son “autogobernables”. Estas universidades a su vez, derivan la toma de decisión en cada una de las facultades que a pesar de haber publicado en algunos casos los protocolos, no dan explicaciones sobre la aplicación de los mismos.

“Aquí han publicado los horarios con el turno presencial y el turno online pero yo no sé en cuál de los dos voy ni cuando tengo que quedarme en casa, no explica nada, lo dejan todo en el aire”, comenta una estudiante de Educación Primaria desesperada sobre la poca información detallada que reciben y el estrés que esto acaba provocando en muchos de los universitarios. A los alumnos se les ha remitido un documento en el que se explica qué es la enseñanza multimodal -aplicada por la Universidad de Cádiz y el resto de universidades andaluzas- así como un documento de aclaraciones sobre la propia enseñanza. Sin embargo, como apuntan algunos de los estudiantes del Campus de Jerez, se trata de unas “explicaciones muy generales, tocadas por encima”, y lo que realmente se requiere a estas alturas del verano es información pormenorizada que explique “cómo van a ir los grupos y cómo nos vamos a organizar dentro de las propias clases”. “Está todo definido pero no está explicado”, sentencia una alumna de la Facultad de Ciencias de la Educación.

Las universidades andaluzas sacan pecho

La Universidad de Cádiz presume de la información otorgada y de los pasos que se han dado en pos de una aplicación correcta de la educación semipresencial. En su propia web se encuentra publicado el acuerdo al que han llegado todas las universidades andaluzas en conjunto. Según apunta la entidad educativa, “el sistema de enseñanza elegido combina clases presenciales, clases online (sesiones síncronas) y actividades formativas no presenciales”. En los documentos que han sido remitidos a los alumnos, se explican los escenarios y cómo se va desarrollar todo. Se han puesto sobre la mesa tres posibilidades para el desarrollo de la enseñanza: la normalidad total si la pandemia remite, la educación online en el caso de que se vuelva al confinamiento y un modelo mixto en el que se combinan presencialidad y clases online, que es con el que se va a empezar este curso.

Todos han escuchado que la Junta y las universidades andaluzas han apostado y apuestan desde un primer momento por una educación lo “más presencial posible”, pero la duda instaurada entre la comunidad estudiantil y a la que aún no se le ha dado respuesta es: ¿hasta dónde llega esa máxima presencialidad? Esto se une a que agosto es un mes no hábil en la gran mayoría de entidades públicas, por lo que el cierre de la UCA durante este mes tan cercano a la llegada del temido septiembre, hace que los estudiantes universitarios sufran una auténtica “crisis de desinformación” ante la falta de explicaciones en un año tan crucial como el que estamos viviendo. La universidad por su parte se remite únicamente a los documentos publicados que tratan de manera leve y por encima cuestiones en las que los estudiantes exigen que se informe con claridad y concisión.

Denuncia de hermetismo

Un sector que también está comprometido y dispuesto a llegar a dónde sea en pos de la enseñanza presencial son los profesores. Rosalba Mancinas, profesora de la Facultad de Comunicación de Sevilla, lanzó junto a la Asociación de Docentes Investigadores de la Universidad de Sevilla (Adius) un manifiesto en Change.org en defensa de la enseñanza pública que alcanzó las 1500 firmas. Rosalba Mancinas, una de las promotoras de este manifiesto que ha recorrido toda España, ha asegurado que “el profesorado universitario es un colectivo muy desunido, normalmente es un grupo tan heterogéneo, con intereses tan diferentes y un trabajo tan individual que nos cuesta organizarnos para conseguir las cosas”. Tras el éxito del primero, se lanzó otro manifiesto por parte de Adius que era específico del personal de la US.

El principal error de las universidades, por lo menos de la US, que es la que conozco de cerca, ha sido la gestión a puertas cerradas, sin generar diálogo, sin pedir opinión al profesorado, desde que empezó todo esto nos van llegando comunicados, informes, recomendaciones, pero son escuetos, sin explicar las cosas”, apunta la docente. Unos docentes que además están asustados por la responsabilidad impuesta y es que, como comentan, “además de impartir nuestras clases seremos responsables de la seguridad en el aula, si las cámaras funcionan bien para los que están en casa, si se cumplen las normas, si hay algún alumno con síntomas debemos tomar medidas, etc.”.

Por otra parte, los alumnos han tenido voz en los acuerdos aunque, según comenta Mancinas, “los alumnos tienen representación en el Consejo de Gobierno y en los Consejos de Departamento pero normalmente los acuerdos ya van cocinados y reciben el apoyo de una amplia mayoría. Aunque tengan el voto de los alumnos en contra, salen a la luz”.

Facultades que escuchan atentamente

Aún así, hay facultades que sí han escuchado a los estudiantes. Es el caso de la Facultad de Económicas de la Universidad de Cádiz, donde no sólo ya se han desarrollado conjuntamente los planes de contingencia sino que, además, los estudiantes han sido parte fundamental en la realización de estos. “La delegación de estudiantes ha estado siempre en el centro de la negociación”, argumenta Jose María Cervilla, delegado del Campus de Cádiz y de la Facultad de Económicas, quien además elogia “la buena adaptabilidad de los estudiantes y el buen trabajo de la gran mayoría de profesores”. Y es que según Cervilla, si se presentara el peor de los escenarios, que es la vuelta a la enseñanza totalmente online, “ya nos pilla más preparados y con las facultades abiertas que es algo que no va a otorgar muchas más facilidades a la hora de entrega de libros, portátiles o recursos en general”.

Una enseñanza ¿sin prácticas?

Aunque no es solo escuchar a los alumos, también hay que mirar por su futuro y en este sentido es primordial pensar en las prácticas. Hay que analizar también el impacto que puede tener una educación no presencial en la inserción laboral de los próximos profesionales. Las consecuencias que pueda tener la falta de prácticas dentro de la universidad en su modalidad presencial pueden ser cruciales. “Las prácticas son parte fundamental de la formación. Tenemos opciones de formación a distancia (UNED, UOC, por ejemplo) pero están preparadas para ello. Nosotros somos una universidad preparada y organizada para la docencia presencial, todo lo demás es poner parches. Creo que la gestión de la crisis sanitaria se puede hacer de otra manera, con mayor comunicación con los distintos sectores que formamos la universidad, pensando en primer lugar en la calidad de la educación, poniendo al alumnado (nuestra razón de ser) en el centro”, apunta Rosalba Mancinas sobre la posibilidad de eliminar las prácticas.

El profesorado, del lado de lo presencial

Por último, Mancinas apoya que “la docencia tiene que ser presencial porque la experiencia en el aula es parte importante de la formación, la experiencia del último cuatrimestre mostró que no estamos preparados, tenemos una plataforma básica pero no es suficiente. Los profesores tuvimos que tomar cursos a contrarreloj, formarnos en el uso de las tecnologías de la información y en general hacer un esfuerzo de equipación por nuestros propios medios. Los que tenemos familia tuvimos muchos problemas para conciliar y tener la concentración que tenemos en el aula con las cuestiones domésticas exigiendo nuestra atención. Por otra parte, mantener la motivación del alumnado no es fácil, no hay esa conexión que se consigue en el aula, es difícil saber si están siguiendo el hilo de la explicación, es complicado obtener retroalimentación. Si un alumno/a tiene la tentación de meterse en la plataforma y dejar que la clase avance mientras realiza otras actividades, es totalmente factible”.

Por tanto, tenemos un futuro incierto donde estudiantes desinformados y una universidad que sigue sin ser lo suficientemente clara bailan a dos mientras septiembre y la vuelta a la  casi presencialidad se acercan incesantemente. El tiempo de dar explicaciones y pormenorizar el programa de acción del próximo curso se está agotando y los universitarios siguen sin saber a dónde ir para pedir explicaciones.

El Ministerio de Universidades, obligado a aprobar con nota en septiembre

El Ministerio de Universidades creado en esta legislatura tuvo un controvertido tuit en el que anunciaba que serían las universidades las que finalmente decidirían. Ahora en septiembre ha elaborado junto al Ministerio de Sanidad una serie de directrices para que las universidades puedan acogerse a ellas a la hora de elaborar los procedimientos sanitarios dentro del curso escolar. Esperemos que tras la controversia, el organismo acabe aprobando y salvando el curso en septiembre, cuando todo comience.

 

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