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Cádiz

Exhumarán el cadáver de un alemán para resolver una herencia de dos millones

La reclamante es una gaditana, natural de Barbate, de 50 años, nieta biológica de un alemán que residía entre Alemania y Cádiz

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Andaluc�a Informaci�nPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
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  • Juicio. -

Un juez de Cádiz ha autorizado la exhumación del cadáver de un alemán para realizar las pruebas de paternidad que podrían determinar una herencia millonaria para la demandante, concretamente de 2.000.000 euros. Se trata de la nieta biólogica de esta persona, una gaditana de 50 años que reclama ser reconocida como descendiente. 

La demandante, una mujer de 50 años, reivindica ser la nieta de este empresario alemán que a principios del siglo XX se estableció en Cádiz con los hijos que había tenido con otra mujer de la que se había separado

Los hechos que preceden a la actual situación ocurrieron a principios del siglo XX cuando los abuelos de la demandante mantuvieron un romance en Cádiz. De esta historia nacieron cuatro hijos, una de ellas Lucía, madre de reclamante. 

"Fue en Cádiz, sobre los años 1912 y 1914 aproximadamente; Pilar era una joven natural de Barbate, trabajaba en Cádiz en la casa de la familia alemana y vivía en ella. En esta casa vivía el abuelo biológico de la demandante, que era casado y vivía entre Alemania y Cádiz", explica el letrado Fernando Osuna, encargado de este caso. 

En la casa de la familia alemana fue donde se conocieron los abuelos de la demandante, "y allí comenzaron su relación y fue donde nacieron sus hijos. Toda la familia alemana y sus amistades eran conocedores de esta relación, ya que no la ocultaban y hacían vida de pareja ante la sociedad", relata.

"Cuando los hijos fueron creciendo, el abuelo biológico tomó la decisión de ir a Alemania, concretamente a Hamburgo, a llevarse en un principio a su hijo menor. Esto sucedió en 1953. Desde tal año la familia del abuelo biológico residente en Alemania, manifestó su desacuerdo por reconocer a su hija biológica, fruto de una relación extramatrimonial; es decir, a la madre de la demandante gaditana". 

Desde ese momento el abuelo, se estableció en Alemania pero regresaba a Cádiz periódicamente (tres o cuatro veces al año) y pasaba largas estancias en la casa de su familia biológica. "Ya en 1961 y por razones de salud, no pudo volver más a Cádiz, comunicándose con la madre de la gaditana reclamante, que era hija del abuelo biológico, por carta", explica Osuna. 

A final de verano de 1964 el abuelo biológico quiso reconocer tanto a su hija como a su nieta, (la reclamante) los apellidos y hacerlas súbditas alemanas, con la mala suerte de que falleció mientras se arreglaba esta situación.

"Esta es la principal razón por la cual la demandante gaditana siente un deber moral y sentimental para volver a encauzar por el camino de la justicia la filiación materna y así se haga cumplir la voluntad del abuelo biológico alemán", concluye el letrado. 

La exhumación del cuerpo del abuelo biológico de la demandante se llevará a cabo próximamente.

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