Camina

Cuando deseas algo o tienes un proyecto en mente, siempre tienes que dar un primer paso. Aunque comenzar a caminar sea siempre la decisión más difícil con la que podamos encontrarnos. Si no arrancamos nunca nuestros pasos, siempre nos mantendremos en el mismo lugar. En el mismo sitio. Mientras el tiempo corre, vuela y escapa de nosotros. No podemos pasarnos la vida con miedo al fracaso, con miedo a fallar, con miedo a intentarlo. La vida son dos días. No sabemos qué pasará mañana. Y tenemos que ser felices, disfrutar de lo que hacemos y si queremos conseguir algo, tirar hacia delante con toda esa fuerza con la que deseamos alcanzar dicho objetivo. Quizás tendremos personas al lado que nos digan que no merece la pena intentarlo porque ellos no se atrevieron en su momento a hacerlo. Que no cambien tu punto de vista. Nada ni nadie. Se fiel a tus ideales, a tus instintos. Y si crees que es el momento, comienza a caminar, esquivando todas esas piedras que puedas encontrarte, derribando todos los muros que te impidan seguir avanzando y soltando todos esos lastres que intenten retrasarte en el trayecto. Algún día entenderemos que fuimos hechos para fallar. Que el éxito se alcanza a base de fracasos y que el éxito es temporal y efímero. Lo que verdaderamente nos hace fuertes y nos hace llegar a donde nos propongamos es el error. Ese que nos va enseñando cómo debemos hacer las cosas, lo que no debemos hacer y cómo debemos afrontar los problemas. Por eso, si tienes a tu alcance un nuevo camino, sigue a Machado, que ya te lo dijo en su día ‘caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.’