El primer ministro italiano, Mario Draghi, afirmó hoy que "la situación económica europea e italiana vive una fuerte mejora" pero llamó a considerar algunos riesgos como el surgimiento de nuevas variantes del coronavirus o la inflación.
"Según las previsiones de la Comisión Europea, en 2021 y 2022 Italia crecerá un 4,2 % y un 4,4 % respectivamente y muchos índices dicen que la recuperación será aún más sostenida", afirmó en la Cámara de Diputados antes de asistir al Consejo Europeo de este jueves.
El expresidente del Banco Central Europeo se refirió al avance de indicadores como el de la confianza de empresas y consumidores, las exportaciones o la producción industrial: "En resumidas cuentas, la confianza está regresando", apuntó.
No obstante señaló que en "este cuadro económico positivo" permanecen algunos riesgos, en primer lugar la pandemia, por lo que llamó a "mantener bajo control la difusión de nuevas y peligrosas variantes" del virus que, dijo, "pueden ralentizar" las reaperturas y frenar las inversiones.
El segundo riesgo, a su parecer, es la inflación, que en la zona del euro ha alcanzado el 2 % en mayo tras el 1,6 % de abril, aunque subrayó que hay un "amplio consenso" en que este fenómeno sea "temporal" y vinculado a la recuperación de la demanda.
Otro riesgo en la recuperación tiene que ver con la deuda, que según explicó en el conjunto de la Unión Europea aumentó en 16,7 puntos porcentuales debido al uso de los gobiernos del continente de recursos garantizados por el Estado.
Por ello, cree "esencial" una política económica expansiva en Europa "para preservar ritmos de crecimiento sostenidos" que reduzcan la deuda, mientras que los Gobiernos deben "tranquilizar" a los mercados con políticas económicas "prudentes".
Por otro lado, Draghi acudirá al Consejo Europeo para tratar uno de los temas más importantes para la Italia, el de la inmigración, y para reclamar que los Veintisiete colaboren en el reparto de solicitantes de asilo y en la repatriación de inmigrantes.
En cuanto a las relaciones internacionales, el primer ministro italiano apostó por colaborar con la Turquía de Recep Tayyip Erdogan, al que recientemente tachó de dictador, pero advertirá a sus socios europeos de su preocupación "por los derechos fundamentales" en ese país, sobre todo de las mujeres.