Lo que iba a ser una tarde de playa con los amigos acabó por convertirse en una pesadilla para Jaime. Este joven malagueño, que disfrutaba del domingo en la playa para perros del Guadalhorce, sufrió una agresión homófoba y gracias a la repercusión que tuvo su caso en las redes sociales consiguió identificar a su agresor.
"Como el perro se vuelva a acercar, vamos a tener problemas", escuchó este grupo de amigos. Lo normal en una playa en los que aceptan animales: se separan de sus dueños y van a otras toallas intentando socializar, pero a un grupo formado por dos parejas no les sentó bien y uno de ellos se acercó a Jaime. "En una playa llena de perros, los únicos que molestaban eran los nuestros. El tío de muy malas manera dijo ¿Qué vais a hacer con vuestros perros, qué coño os pasa?, como haciendo ademán de meterle una patada al animal. Yo le contesté diciendo que era una playa de perros, pero lo que más le molestó fue que alguien como yo, que considera inferior, le contestara. Me llamó gilipollas a un palmo de mi cara, acto seguido se puso a un palmo de mí, clavó los dientes, me pegó un cabezazo en la nariz y me llamó maricón", relata a Viva Málaga.
Lejos de asustarse, Jaime mantuvo la calma, la mente fría, y se quedó quieto mirando a esta persona. "Nunca le tuve miedo, me he encontrado a mucha gente así en mi infancia y adolescencia, estoy harto, no les tengo ya más miedo. No se atrevió a volver agredirme, pero me siguió insultando, la gente intentó calmarle mientras me seguía amenazando de muerte", explica.
No quería que saliesen impunes de lo que habían hecho, así que animó a sus amigos a que grabasen, hiciesen fotos, recopilasen información y llamasen a la Policía. "En ese momento, me toqué la cara y me di cuenta de que tenía sangre, casi no me di cuenta de que me habían pegado". Este grupo empezó a recoger para marcharse de la playa, por lo que la víctima, tal y como explica a este periódico en una conversación telefónica, decidió seguirles a una distancia prudencial. Las dos parejas tomaron caminos distintos y él fue detrás de una de ellas. El hombre se giró con el palo de la sombrilla y le dijo: "¿Qué haces siguiéndonos, maricona? Ven que te pincho", por lo que este joven dio unos pasos de atrás y recibió otro ataque verbal. "Mira cómo se echa para atrás la maricona", escuchó, al tiempo que su novia le llamaba "hijo de puta" por grabarles.
Tras abandonar la zona de Guadalmar, acudió al centro de salud de San Miguel, en Torremolinos, donde le curaron la nariz y le redactaron un parte de lesiones con el que acudió a la comisaría de Policía Nacional de esta localidad para formalizar la denuncia. Al terminar, fue cuando decidió publicar en Twitter lo que le había sucedido y en ese instante sucedió la magia: el hilo se volvió viral y un seguidor le escribió por privado para darle el nombre de su presunto agresor.
Al día siguiente acudió a dependencias policiales en Málaga para ampliar la denuncia con los datos de este individuo. "Me planté otra vez con esta información y no han hecho nada, ni por mirar en su base de datos. Los agentes que me atendieron tuvieron una actitud muy normal, no les pareció algo prioritario. Yo pido que lo investiguen, porque si yo he podido encontrar sus datos, ellos me pueden encontrar a mí. Siento mucha frustración y necesito que hagan algo y pronto", relata.
Ahora dice que está "bien, dentro de lo que cabe. No tengo miedo, soy una persona con las ideas claras y con ganas de que se haga justicia. Me estoy exponiendo muchísimo a pesar del coste y creo que es necesario denunciar este tipo de situaciones. Estoy dispuesto a llegar hasta el fin porque prefiero vivir de pie que morir arrodillado", explica.
Tras obtener los datos que quería e identificar a esta persona, decidió borrar el hilo en esta red social, que asegura que es lo que le "salvó".