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Testigo directo en Sierra Bermeja: “El incendio te quema por dentro y por fuera”

Bomberos advierten de la necesidad de invertir en tareas de prevención para evitar que se produzcan nuevos incendios de sexta generación

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  • Efectivos del Infoca trabajando en el incendio de Sierra Bermeja. -

Ver un incendio de tales magnitudes te quema por dentro y por fuera, es desesperante estar allí y saber que todo lo que hagas será poco. Cuando encima te dicen que es intencionado, solo puedes pensar en cómo el hombre puede llegar a ser tan destructivo”, comenta C. B, bombero forestal. Una opinión que va muy en la línea de J. L, miembro de Infoca  en la Sierra de Cádiz, quien también estuvo combatiendo el incendio de Sierra Bermeja: “Estuve dos noches allí y sientes muchísima impotencia, ves que prácticamente no puedes intervenir para extinguirlo”. Este bombero forestal castellanoleonés que lleva casi veinte años ejerciendo esta profesión asegura que no ha visto nada igual a lo ocurrido en Málaga. “Por la noche la visibilidad era muy escasa por el humo y la carga térmica que había era tremenda, era de tal envergadura el incendio que llegaba a sobrepasar la capacidad de respuesta de los intervinientes”.

La sexta generación viene pisando fuerte, así se les ha denominado recientemente a este tipo de catástrofes. “Son incendios que se caracterizan por su gran virulencia, por la rapidez con la que se propaga el fuego y por la capacidad de crear su propia climatología, como los pirocúmulos, debido a la carga de combustible”, explica el jerezano Alejandro Álvarez, bombero de la Diputación de Jaén. 

Las causas para que ahora se estén dando este tipo de incendios como el ocurrido recientemente en Málaga o el de Portugal, en Pedrógao Grande en 2017, donde ardieron más de 45.000 hectáreas y fallecieron 67 personas, continúan investigándose, aunque de lo que sí hay certezas es de la relación directa entre estas catástrofes y el cambio climático, que no las origina pero sí las agrava. “A la subida de las temperaturas, también hay que añadirle la falta de inversión que hay para las tareas de prevención durante el resto del año. Además, el modelo de España está tendiendo a privatizar los servicios de extinción, creando un negocio del fuego. Los bosques están abandonados, no se hacen las suficientes limpiezas y la acumulación progresiva de  combustibles en los campos está creando un caldo de cultivo que favorece la aparición de estos incendios”, expone J. L.

La despoblación rural y la ausencia de una gestión forestal homogénea son las claves a tratar para evitar futuras catástrofes como las vividas. “Paradójicamente, antes había más incendios que ahora, eran más pequeños  y menos virulentos,  porque había menos masa vegetal, ayudaban así limpiar el monte de maleza, era como una regeneración del ecosistema y los árboles llegaban a crecer más sanos.  Sin embargo, la carga de combustible que se genera ahora es enorme ”.

La orografía y la climatología son dos de los factores fundamentales a la hora de predecir la dificultad para combatir el fuego. Dentro del Plan Infoca se detallan los municipios andaluces que se encuentran en zona de peligro por incendios forestales, en la provincia de Cádiz dentro de esta lista se encuentran 27 localidades, como Algeciras, Jerez, Arcos,  la zona de la Sierra de Grazalema o Tarifa, población donde tuvo que ser sofocado un incendio este verano y por el que tuvieron que ser desalojadas más de 90 personas. Aún así el pasado año fue la provincia que menos actuaciones precisó, originándose 74 incedios que llegaron a arrasar más de 200 hectáreas. Aunque la mayoría de incendios que se producen son pequeños conatos, “que intentamos bien hacer ataque directo si disponemos de autobomba o bien trabajando con herramientas forestales manueales y mecánicas para cercar y desalimentar el material vegetal para cuando llegue a la zona se detenga y no vaya a más. También dependiendo del tipo de vegetación, orografía, climatología, entre otras, procedemos de una manera u otra”, precisa J. L.

Planificar y dirigir  los medios disponibles, así como ejecutar tareas de prevención, vigilancia, detección y extinción. La de los bomberos forestares, una labor imprescindible que ni comienza ni termina cuando se apaga el fuego.

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