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Un jardín muy calculado, único en el mundo

Las matemáticas, esa asignatura que se atraganta a más de uno, han encontrado un buen aliado para facilitar su aprendizaje en el primer jardín mundial

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Un jardín muy calculado, único en el planeta.

Un jardín muy calculado, único en el planeta.

Un jardín muy calculado, único en el mundo.

Las matemáticas, esa asignatura que se atraganta a más de uno, han encontrado un buen aliado para facilitar su aprendizaje en el primer jardín mundial que, desde el campus de la Universidad de Almería (UAL), relaciona botánica y conceptos matemáticos mediante un formato original e interactivo.

Aunque la aplicación de las matemáticas al estudio de la naturaleza se remonta a los griegos y, a lo largo de la historia, científicos como Leonardo da Vinci, Galileo o Euler la han llevado a la botánica, los modelos matemáticos que describen buena parte de los comportamientos vegetales no han dejado de sorprender nunca a propios y extraños.

Esas leyes físicas que condicionan el crecimiento óptimo y las formas de las plantas han hecho que, a lo largo de su evolución, numerosas especies hayan planteado cálculos para determinar aspectos como qué cantidad de agua deben absorber o qué altura han de alcanzar para captar más luz.

Desde Almería, una de las zonas más áridas de Europa, se presentan muchas de esas relaciones botánico-matemáticas en el denominado "Jardín de los Matemáticos", para explicar por ejemplo que detrás de la armónica y bella situación los pétalos de una flor hay una ecuación, que la disposición de las ramas de un árbol no es aleatoria y responde a un ángulo determinado, o que las espirales de las piñas o los girasoles siguen una determinada sucesión numérica.

Manuel Sánchez, conservador del jardín botánico de la universidad almeriense, lo tiene claro: "El Jardín de los Matemáticos es la forma ideal de acercar las matemáticas a visitantes de todas las edades".

 Unas matemáticas más amenas

"A través de conceptos matemáticos y distintas especies de plantas asociadas a ellos, podemos trabajar con una serie de actividades para que esta materia sea lo más amena posible, de modo que puedan asimilarse de la mejor forma posible, también divertida", ha explicado a EFE durante un didáctico paseo a este espacio único.

Con este proyecto, que partió de la idea de la investigadora Azucena Laguía, del Centro de Colecciones Científicas de la Universidad (CECOUAL), en coordinación con el Departamento de Matemáticas, se creó un jardín temático, que rodea un edificio universitario, con una superficie total de más de 2.300 metros cuadrados.

"Nos pusimos manos a la obra para trabajar en el diseño y la parte botánica, eligiendo especies que encajaran, mientras que los matemáticos se encargaron de trabajar una página web con todos los conceptos asociados, en la que los hilan perfectamente con cada planta y se plantean actividades tanto virtuales como presenciales", ha continuado el conservador del jardín.

Además de las explicaciones de los distintos conceptos matemáticos, se plantean problemas, juegos y retos matemático-botánicos para que el visitante pueda disfrutar de todo el potencial del jardín.

 Un enfoque interactivo

Es precisamente este tipo de enfoque interactivo el que convierte en único en el mundo a este particular jardín universitario, dada la doble vía -botánica y matemática y accesible a través de un código QR- con la que enlaza cada uno de los conceptos expuestos para poder disfrutarlo más allá de la vista, el olfato y el tacto.

El jardín está dividido en parterres, en cada uno de los cuales se acompaña de una estructura de bronce que representa el concepto matemático al que está dedicado y, alrededor de ella, se encuentran las plantas para poder buscar y descubrir cada concepto: ángulo obtuso, espiral de Fibonacci, fractal, espiral, hélice, círculo, número áureo, simetría radial y concoide de rosetón.

Algunas de las más de setenta especies -en su mayoría cactus y suculentas- son plantas que pueden crecer durante todo el año, adaptadas a la particular climatología almeriense y con la condición de no supusiera un gasto extraordinario de agua, y otras son de temporada, por lo que a la vez este jardín es distinto de acuerdo a la estación en que se visite.

"Las plantas pasan muy desapercibidas porque parecen seres inanimados, no se mueven igual que los animales. En ese aspecto están bastante menospreciadas, pero cuando descubres qué hay detrás de ellas, sus curiosidades y que encajan con conceptos matemáticos, llaman bastante la atención", ha destacado Sánchez.

Un jardín interactivo que ayuda al desarrollo de la inteligencia, a enfrentarse a retos, propicia la agilidad mental, refuerza las capacidades lógicas y permite, en definitiva, a aprender a contemplar la belleza de la naturaleza desde una nueva perspectiva muy calculada.

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