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Detenidos dos cameruneses por el homicidio de 10 inmigrantes que iban en la misma patera, en la que desaparecieron 21

Los testigos han declarado que los dos presuntos homicidas se hicieron con las tablas que cubrían el fondo rígido de la embarcación para agredir y tirar por la borda tanto al pastor como a otros pasajeros nigerianos

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La Policía Nacional ha detenido a dos ciudadanos de origen camerunés acusados de matar a entre siete y diez personas que iban a bordo de una patera rescatada el pasado 5 de diciembre y en la que desaparecieron 21 de sus 50 ocupantes, entre ellos al menos siete bebés que, junto con el resto de naufragados no asesinados, cayeron por la borda ante las complicadas condiciones que presentaba el mar.

   Según indica la Comisaría en una nota, los detenidos por un presunto delito de homicidio acabaron con la vida de al menos siete personas tras una discusión durante el trayecto. El empeoramiento de las condiciones meteorológicas incitó a rezar a un pastor nigeriano, lo que fue percibido por los detenidos como la causa del mal tiempo, motivo por el que comenzó la disputa, según la investigación.

   Los testigos han declarado que los dos presuntos homicidas se hicieron con las tablas que cubrían el fondo rígido de la embarcación para agredir y tirar por la borda tanto al pastor como a otros pasajeros nigerianos, si bien antes los desvalijaron, con lo que pudieron hacerse con un botín de unos 1.500 euros.

   Los detenidos se encontraban hasta ahora en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Algeciras (Cádiz) junto a gran parte de los rescatados. A bordo de la patera, que fue buscada durante más de 24 horas por los miembros de Salvamento Marítimo, se encontraban unas 50 personas, todas de origen subsahariano, que habían partido desde Nador (Marruecos).

   La investigación comenzó el pasado mes de diciembre, cuando los agentes tuvieron conocimiento del rescate de una embarcación neumática sin motor que navegaba a la deriva frente a las costas de Almería con 29 personas a bordo, todas ellas de origen subsahariano y entre las que se encontraba una menor de tres años, la única niña superviviente a la travesía.

   Las primeras pesquisas de los investigadores confirmaron que la embarcación había partido desde Nador en la tarde del día 3 de diciembre con unas 50 personas, pero casi la mitad de la expedición había perecido durante la travesía, con lo que se estableció un dispositivo para su localización por parte de las autoridades marítimas. Solo días después se encontró un cuerpo frente a las costas de Motril (Granada) que fue recuperado por Salvamento para su identificación.

   Los supervivientes fueron atendidos por Cruz Roja y posteriormente trasladados al CIE, donde los agentes obtuvieron una primera declaración de uno de los testigos que manifestó cómo se había producido una discusión entre los viajeros durante el trayecto, pero al encontrarse visiblemente traumatizado por lo sucedido no pudo explicar los motivos por los que había fallecido el resto de las personas que embarcaron en Nador.

MIEDO A LOS PRESUNTOS HOMICIDAS

   Avanzada la investigación, varios testigos afirmaron que, antes de ser arrojadas por la borda, los agresores habían sustraído a las víctimas alrededor de 1.500 euros, cantidad que coincidía con el dinero que uno de los ahora detenidos llevaba consigo. Por otro lado, los agentes observaron cómo los rescatados no se relacionaban con dos de los supervivientes y, además, mantenían una actitud temerosa hacia ellos.

   Finalmente, tres de los testigos explicaron a los agentes cómo se habían producido los hechos. El empeoramiento de las condiciones meteorológicas produjo malestar en la embarcación, pero el detonante de la disputa se produjo cuando un pastor nigeriano comenzó a rezar por miedo al naufragio.

   Concluidas las declaraciones, los testigos no manifestaron un número concreto de víctimas dado que los hechos ocurrieron de noche, con mala visibilidad y los supervivientes se encontraban aterrados por lo que estaba sucediendo.

   Así, el número de inmigrantes agredidos y arrojados al mar oscilaría entre siete y diez personas. El resto de los viajeros que no sobrevivieron habrían perecido por las duras condiciones en las que se producen estos viajes. La investigación ha sido desarrollada por agentes de la Brigada Provincial de Extranjería de Almería y de la Unidad de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de Algeciras.

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