La Audiencia de Almería ha condenado a penas que suman 13 años y cinco meses de prisión a un hombre que rompió "de forma intencionada" el latiguillo del freno del vehículo de su expareja y del turismo de una amiga al estimar acreditado que puso "en potencial peligro" la vida de ambas, quienes no tuvieron "un fatal desenlace" por motivos "ajenos a la voluntad" de él.
El tribunal considera que A.M.G., quien reconoció haber manipulado el sistema de frenos de los coches en el acto de juicio, es autor de dos delitos de homicidio en grado de tentativa y rechaza la tesis de la defensa que sostuvo que, si bien lo hizo, "su intención era solo causar daños en el automóvil para impedir que ambas se fuera de viaje" en un caso y, en el otro, que su ex mujer no "se fuera" del cortijo en el que habían quedado para recoger sus pertenencias tras la separación.
Remarca que, si ese hubiese sido "el único propósito" del procesado "podría haber dañado otras partes del vehículo y no precisamente los frenos, con el indudable y previsible peligro" que ello suponía para circular y, en el caso de su ex pareja, a quien dañó el sistema de freno días después, subraya "lo hizo después de una fuerte discusión en la que la amenaza con que va a pasar algo".
El fallo, al que ha tenido acceso Europa Press, señala que apuntala su "intencionalidad" para descartar un simple delito de daños leves el hecho de que, "ni siquiera pasados unos días" y tras "observar como la amiga de su ex mujer circulaba con el automóvil", le "advirtiese o comentase algo sobre los frenos, aceptando en definitiva, el resultado letal que podría haberse producido y que no se produjo por causas ajenas a su voluntad ya que fue sorprendido por un vecino".
Tampoco sirve para descartar el dolo, según indica el tribunal, el que A.M.G. "pidiera perdón" a su hija por cortar los frenos del coche de su madre "porque las efectuó, no de manera inmediata, sino uno o dos días después de su acción", que no se consumó "porque se le encendió una luz de aviso al arrancar el motor" cuando quiso abandonar el cortijo.
La Audiencia de Almería le condena, asimismo, por un delito continuado de amenazas en el ámbito de la violencia sobre la mujer ya que estima probados tres episodios individualizados a lo largo de la relación sentimental en lo que se dirigió a ella con expresiones "que tenían la finalidad de amedrentarla y crearle desasosiego".
En concreto, la sentencia recoge "no puede concebirse otra para decirle en el curso de unas fuertes discusiones, que, de la casa familiar 'alguien tenía que salir con los pies por delante'; o que, discutiendo por la cosecha de vino, 'algo iba a pasar'".
"Esa misma finalidad de amedrentar y crear intranquilidad en la mujer tenía también la colocación en el interior del cortijo de ella, debajo de una cama, de una serpiente o culebra, conocedor el acusado del pánico, del terror que sentía su ex mujer a esos animales", remacha.
Según los hechos probados, A.M.G. durante los "dos últimos de 30 años de matrimonio" se dedicó a "increpar y atemorizar a su esposa" en varias ocasiones y, una vez se produjo la separación, llegó a "introducir una serpiente" en la vivienda que ella "encontró "debajo de la cama".
Tuvo con ella comportamientos destinados a "amedrentarla" con frases como que "él no salía de su casa, que tenía que salir ella, y que si salía él, alguien saldría con los pies por delante", que "no valía para nada y que sin él se moriría de asco" o que, si no accedía a sus deseos, "algo iba a pasar".
Durante esta escalada, que terminó con su detención en octubre de 2019 tras el episodio de la serpiente, guiado por el deseo de acabar con la vida" de una amiga de su exmujer, a quien responsabilizada de la ruptura de acuerdo a la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil y con quien ella se fue a vivir, accedió con unas tenazas al turismo que estaba estacionado en un párking y le cortó un manguito del freno.
Días después, y después de mantener una discusión con su ex esposa cuando se personó en un cortijo en común para recoger sus cosas, con el mismo 'modus operandi' y aprovechando que ella no estaba presente mientras él estaba allí, "cortó el manguito del freno" de su vehículo "para acabar con su vida", marchándose a continuación del lugar.
La Audiencia de Almería impone al acusado por el delito de tentativa de homicidio contra la amiga una pena de cinco años de prisión, que eleva a siete años y seis meses en el caso de su ex mujer al apreciar la agravante de parentesco. Por el delito continuado de amenazadas le condena a once meses de cárcel.
Le condena, asimismo, a penas de libertad vigilada que suman 15 años y fija una indemnización de casi 4.500 euros entre daños morales y daños a los vehículos.
El teléfono 016 es el número de información y asesoramiento jurídico para las víctimas de violencia machista y su entorno. Funciona las 24 horas, es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica aunque puede quedar registrado en ciertos terminales. Las personas con discapacidad auditiva o del habla pueden contactar por mensaje de texto en el número 900116016.