Durante su ejecución, que durará entre 20 y 24 meses, las obras darán empleo a unas 100 personas y costarán la nada desdeñable cantidad de más de 5 millones de euros, financiados al 56, 24 y 20% respectivamente por la Consejería de Vivienda, la de Cultura y el Ayuntamiento. “Se trata de un proyecto que, por numerosas cuestiones técnicas y de conservación del patrimonio, ha supuesto mucho esfuerzo pero que, además, constituirá un añadido de dinamización económica de la ciudad y revitalización de su casco histórico innegable”, comentaba por su parte Espadas.
El alcalde de la ciudad, entusiasmado con ver concluido el largo proceso vivido hasta hoy, recordaba el recorrido por el que ha pasado el hasta ahora Cine Imperial, adquirido por el Ayuntamiento de Loja el 16 de julio de hace 25 años y que, desde hace una década, lleva gestando esta total transformación y restauración que lo convertirá en el auténtico Teatro Municipal que hasta ahora no era en realidad, por su escasa caja escénica y su estructura más cercana a la de sala de proyecciones.
Desprovisto ya por completo de su patio de butacas y con el escenario desmontado, el Teatro Imperial “será a la par que un teatro un espacio de interés patrimomial, un lugar para visitar y, por tanto, estará abierto los días en que haya espectáculos o cine pero también otro cualquier día, para que pueda ser visitado por los turistas”, aseguró el primer edil lojeño.
Restauración integral
Da pues comienzo una de las obras más esperadas en la medida en que afectan a un espacio muy necesario para la intensa vida cultural del municipio. La restauración del Imperial es ya en cualquier caso una realidad. El teatro experimentará una restauración integral de forma que estrenará por completo sus instalaciones y mantendrá únicamente la fachada del edificio. La nueva construcción, aunque perderá unas cuantas plazas respecto al aforo actual (tendrá algo más de 250), será un espacio escénico completamente contemporáneo, con capacidad para acoger actividades culturales tan diferentes espectáculos de ballet, conciertos y teatro frente a las limitaciones que imponía el escenario del Imperial de antaño. Además de las nuevas dimensiones y organización de espacios, el futuro teatro de la ciudad dispondrá de los equipos de sonido y luz más avanzados y versátiles y, sobre todo, una acústica adecuada a las varias posibilidades que debe ofrecer un espacio público de estas características. "En definitiva, en algo más de dos años Loja va a tener un gran espacio escénico por el que merece la pena esperar, puesto que tendremos un teatro único en Andalucía, en el que las butacas -ahora en platea- se organizan en torno a una gran pantalla transparente que dejará ver los restos de la antigua ciudad medieval y la ciudad moderna que antaño fue Loja", decía Miguel Castellano, que calificó esta actuación como “deuda histórica de nuestra ciudad y hoy el mejor regalo de Reyes para todos y todas”.
La intervención, que cuenta con la financiación de los fondos FEDER de la Unión Europea, se completará con la regeneración urbanística del entorno del Teatro, como las calles Sagrario y Antonio López, en las que se renovará el pavimento.
De la Casa de los Laureles a la Calle Real
Como comentaba Castellano, “ha habido espacios para la escenificación como la Casa de los Laureles de la Calle Comedias, el Parque Novedades, la sala Aliatar o el Liceo de la Plaza de la Victoria, pero hasta ahora no disponíamos de un teatro como tal”.
Para empezar a hablar de la restauración del Cine hay que remontarse a primeros de 2000, cuando, gracias a una subvención del Programa Leader, se actuó en el edificio para solucionar algunos de sus problemas arquitectónicos.
En 2005 cerraba sus puertas definitivamente para que comenzarán las excavaciones arqueológicas -ya finalizadas-, que ahora abrirán paso a la esperada restauración del antiguo cine lojeño, cuyo proyecto está a punto de adjudicarse. Era entonces el último año que el Carnaval lojeño -uno de los actos que completaba el aforo del edificio- se celebraba en el Cine Imperial.
