En un principio fueron los propios vecinos los que intentaron sofocar las llamas con un extintor, sin éxito, por lo que abandonaron el edificio dejando las puertas de comunicación del mismo abiertas, algo que los bomberos desaconsejan. Cuando los bomberos llegaron y controlaron el incendio decidieron evacuar a los vecinos como medida de prevención, aunque pudieron volver poco después a sus viviendas, una vez el fuego y los gases ya no eran perjudiciales para la salud.
Sólo se vio afectado el vehículo donde se originó el incendio. Los bomberos utilizaron 200 litros de agua y cuatro vehículos para esta intervención: una autobomba urbana pesada, una ligera, un vehículo de rescate y transporte y una autoescala. Se valieron de seis equpos de respiración autónomos para actuar.
Los cuerpos de seguridad cortaron incluso la calle, hasta pasadas las 22.45 horas que finalizó la actuación.
Los bomberos insisten en la importancia de mantener siempre cerradas las puertas que comunican los garajes con el resto del edificio o vivienda. En caso de incendio, éstas evitan que el fuego, el humo, los gases y la temperatura se propaguen al resto del inmueble. Insistir en mantener cerrados estos accesos puede salvar la vida de las personas implicadas y minimizar los daños ocasionados por el fuego.