La crisis energética, el aumento de las presiones inflacionistas, las condiciones financieras y, por si no tuviésemos bastante, la sequía, están aplastando las ya débiles economías familiares de los ciudadanos tras dos años de sufrimiento de una de las plagas más grandes que la humanidad haya soportado en tiempos recientes.
Vaya escenario tan dantesco para además sumar, ya no el de Yolanda Diaz -que también-, una
revuelta política donde solo se habla de salvar a unos pocos golpistas y al resto de los mortales que nos zurzan. Esa es la escena que tenemos en cartelera día y noche. La mayoría de los españoles nos preguntamos si algún día en este país tendremos representantes políticos, y yo lo fui, que sean capaces de utilizar la sensatez y el sentido común como armas de combate contra tanta desigualdad y desequilibrios en nuestra sociedad.
Ya escuché demasiadas veces aquello de “es que tenemos una democracia muy inmadura”. ¿Inmadura? No,
débil y súbdita de los intereses de los partidos y sus dirigentes.
¿Qué justificación le pueden dar desde un futurible gobierno a aquellos hombres y mujeres que sufrieron en sus carnes la dureza de grupos de
salvajes que apedreaban, incendiaban, asaltaban negocios o linchaban a nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad? Los mismos que arrastraron durante demasiado tiempo la paz y la concordia de un pueblo que sufrió en su economía y en su convivencia social una guerra entre vecinos. Los que hundieron el buen nombre de Cataluña y de España superando todos los límites legales y llevando a cabo actos de verdaderos delincuentes que por mucho menos están en prisión.
¿Y la huida? Ni Judas fue tan cobarde.
“Salvemos nuestro culo que ya habrá tiempo de meter en cintura a los que quieran el poder a cualquier precio en España en el futuro”, esta sería la consigna de aquellos que corrieron espantados y que siguen viviendo a cuerpo de rey a costa de lo público en Waterloo.
Pues bien, les llegó el momento.
“Todo pasa y toda queda, pero lo nuestro es pasar”, que dijo el poeta y cantó el propio Serrat en millones de ocasiones. Pero no con este fin ni sentido.
Ellos pretenden pisotear nuestro sistema judicial y nuestra democracia por la debilidad de quien solo desea el poder. A los españoles de nuevo, que nos zurzan.
* Juan Marín es exvicepresidente de la Junta y actual presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía