Los ejercicios militares entre Estados Unidos y Filipinas son una práctica habitual, enmarcada dentro del tratado de mutua defensa
Las Marinas de Filipinas y Estados Unidos dieron este lunes inicio a la celebración anual de unas maniobras militares, que discurren hasta el 13 de octubre, a pesar de la reprobación expresada por China en el contexto de las disputas territoriales en el mar de China Meridional.
Los ejercicios, conocidos como Samasama (juntos, en tagalo), se desarrollan en el sur de la isla de Luzón, donde se encuentra la capital filipina, e incluye prácticas de guerra antisubmarina, antisuperficie, antiaérea y electrónica.
En ellos participan más de 730 soldados filipinos y unos 630 estadounidenses e incluye además la intervención de efectivos de las Armadas de Japón, Australia, Canadá, Reino Unido, Francia y Australia en el intercambio de información en respuestas ante de desastres, entre otros asuntos, mientras Nueva Zelanda e Indonesia mandarán observadores.
"Participamos en Samasama, en Filipinas, para destacar nuestro compromiso compartido de defender el estado de derecho, garantizar la libertad de uso marítimo y mantener un orden internacional basado en reglas", apuntó hoy en X (antes Twitter) la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, con 169 participantes en las maniobras.
En el mismo sentido se expresó el embajador estadounidense en Japón, Rahm Emanuel, al subrayar que estos ejercicios multinacionales son "un testimonio de los vínculos duraderos entre las naciones participantes".
Los ejercicios militares entre Estados Unidos y Filipinas son una práctica habitual, enmarcada dentro del tratado de mutua defensa que ambos países firmaron en 1951.
No obstante, esta edición cuenta con un elemento adicional de controversia, pues se celebra tras meses de intensificación en los lazos de defensa entre EE.UU. y Filipinas, a raíz del nombramiento del presidente Ferdinand Marcos Jr. el pasado año y en medio de una reciente escalada de tensiones con China por disputas territoriales.
China emitió el pasado jueves una alerta de navegación en la que prohibía, sin mayor elaboración, cualquier ejercicio militar previsto en el mar de China Meridional, donde las reclamaciones soberanistas del gigante asiático y Manila chocan por varias islas y atolones, recoge el canal público CCTV.
Pekín reclama casi la totalidad del mar de China Meridional, incluidos los archipiélagos Paracel y Spratly, una reivindicación que se solapa con las áreas económicas exclusivas de 200 millas naúticas, tal como indica la legislación internacional, de países como Filipinas, Vietnam y Malasia.
Si bien Pekín alega razones históricas para sus reclamaciones, en 2016 la Corte Permanente de Arbitraje dio la razón a Manila en su denuncia contra las reivindicaciones chinas, decisión que China se niega a acatar.