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Sin bastón ni mando, pero alcalde

Veintiún escolares ocuparon la condición de señorías, sin ser portavoces de ningún partido o formación, únicamente de ellos mismos, de sus colegios y de la infancia a la que representaban, mirando al futuro....

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  • El momento de la sesión de investidura en la que los veintiún concejales toman posesión de su cargo jurando o prometiendo acatar la Constitución y el Ordenamiento Jurídico. -
ANTONIO Gutiérrez Guijarro tiene doce años, acaba de empezar sus estudios de Secundaria en el instituto Luis Carrillo de Sotomayor. Jersey vede claro y ojos azules de la misma tonalidad. Rubio de pelo y con cierto "susto" en el cuerpo. Si pudiera a ayudar a los ciudadanos dándoles empleo, lo haría. Le gustaría echarles una mano a los niños en lo que pudiera y cuando deje de ser alcalde, dentro de un año, seguirá pensando (es probable que sí, aunque también que no), en estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones o Historia. Es muy breve su historia, la del nuevo alcalde escolar de Baena, que va alternando cada mes de diciembre a una chica y un chico en ese imaginario bastón de mando que después de constituirse formalmente (con juramento o promesa de acatar la Constitución) la Corporación con escolares de todos los centros educativos del municipio de Baena, y depositar el voto en la urna, coge en su mano y ocupa el lugar central en la mesa presidencial.

Discursos

Poco más de una hora para dejar constancia de que en España hay una Constitución que es la norma fundamental para todos, que los ayuntamientos son el escalón de poder y de servicio más cercano al ciudadano y que, lo que ahora para ellos fueron unas horas de nervios y de tener que leer en público, en el futuro quizá sea una profesión, la de dedicarse a la política.
  
Con la paz y la palabra, con la declaración de los Derechos Humanos sobre la mesa y leída la treintena de artículos que la componen y que fueron signados desde la Organización de Naciones Unidas en 1948, apenas tres años después de concluir la II Guerra Mundial y enterrar el nazismo.
  
En ese repaso, cada uno de los concejales escolares fue leyendo artículos completos que recogen derechos universales, concienciados los mayores que estaban en la sala, seguramente también varios de los pequeños, que no todos tienen la posibilidad de disponer de libertad, de justicia, de vivienda, de comida, de educación, de nacionalidad o de familia.
  
Es habitual en las fechas previas a la celebración que en toda España se hace del Día de la Constitución, que el Pleno infantil del Ayuntamiento de Baena celebre una sesión en la que se constituye esa peculiar Corporación y se elige al alcalde. Con similares formalismos a los que rigen para los mayores, los que establece la legislación local.
  
Tras esa elección se procede a la lectura de la Declaración de 1948 y es el alcalde el que toma la palabra. No anuncia medidas, no defiende su programa de investidura, de gobierno en definitiva. Lo que hace es leer, a groso modo, la trayectoria constitucional española, que se inició un 19 de marzo de 1812 en Cádiz, donde las allí entonces Cortes  aprobaron la primera Ley de leyes de la historia del país, conocida popularmente como "La Pepa". Desde allí, hace casi doscientos años, a la actual Constitución, la más longeva y consensuada, la que ha servido de referente durante tres décadas, algo inédito en el constitucionalismo patrio, su señoría hizo un repaso a los textos que con mayor o menor fortuna, han jalonado el rango jurídico máximo, tanto en dictaduras como en democracias o en sistemas monárquicos absolutistas.
  
Para los pequeños estudiantes del último curso de Primaria o el primero de Secundaria, es decir, entre los 11 y los 13 años de edad, fue una experiencia nueva, nunca vivida. Y aunque los nervios les atenazaron cada vez que el micrófono les apuntaba con el rojo piloto encendido, lo cierto es que también era de las primeras veces que leían un texto con derechos, un articulado en el que se recogen las intenciones y el ideal de la convivencia humana en todo el mundo.
  
Y después de que el alcalde infantil tomara la palabra, lo hicieron la responsable municipal de Educación, Concha Reyes , y el alcalde en funciones, Jesús Rojano. Ambos desearon a los pequeños que la experiencia les hubiera servido, les desearon que al menos algunos de ellos tengan esa vocación futura en adelante, y clausuraron la sesión después de entregarles un diploma alusivo a su condición de concejal escolar, un pin con el escudo de la ciudad baenense y un vale de material escolar por importe de 30 euros. Y por si algo se escapaba a esa realidad plenaria que se desarrolló durante algo más de una hora, con más público que casi nunca, restaba la entrevista televisiva al alcalde escolar. Antonio Gutiérrez Guijarro se manejó en la medida de lo posible. Pero sobre todo mantuvo el tipo y con alguna expresión lacónica, salió del paso. ¿Usted colocaría a una prima mía que está pasando un apurillo ahora? preguntó el intrépido y osado reportero. El primer peque-edil respondió contundentemente que sí. No le busquen pies al gato, que lo dijo sinceramente y con ánimo de ayudar.

Peque-ciudad de hoy, ciudad del mañana. Peque-país de hoy, páis del mañana.

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