Cuando leía en el digital de cabecera el anuncio del candidato popular a la alcaldía de Estepona de legalizar los "campitos" tan pronto tomara posesión de su cargo, en el caso de ganar las elecciones, tuve dos cosas claras: la primera que automáticamente iba a ser contraprogramado con una rueda de prensa por el alcalde, la segunda que a este anuncio iban a responder con el argumento previsible del "yo lo vi primero".
A nadie se le oculta que el reto que se ha puesto Garcia Urbano es de enjundia. En primer lugar porque, como muchos de ustedes conocen, en el presupuesto municipal se incluyen más de tres mil millones de las antiguas pesetas correspondientes a sanciones urbanísticas cuyo cobro o anulación habrá de resolverse. En segundo porque muchas de ellas llevan aparejado el derribo de la construcción ilegal. Por si no fuera bastante, dos concejales de la actual corporación y el propio alcalde están imputados por presuntos delitos de prevaricación por omisión relacionados, precisamente, con la disciplina urbanística.
Así pues, resulta gratificante que quién hoy es únicamente el aspirante a liderar el Partido Popular se lance a las posiciones de salida con un "marrón" de semejante categoría. Lo que no sorprende a nadie, nos ha acostumbrado a ello, es que Valadez, que ha dado la espalda al problema desde su elección como alcalde, pretenda hacernos creer ahora que había dado paso alguno en tal sentido.
Y, de haberlo dado, al señor alcalde le ha fallado en esta ocasión su acorazada mediática y le han adelantado, por la derecha eso sí. Ya da lo mismo lo que quiera contar a los ciudadanos. Esto, alcalde, es como una pelea callejera, si me permite el símil. En un noventa y nueve por ciento de las ocasiones sólo hay una hostia. Y el que da primero, da dos veces. Ahora le toca andar a remolque de quién, no le quepa la menor duda, tiene la solución - que no opinión ni dictamen- jurídica del asunto.
En otro orden de cosas, hay que reconocerle que ha atinado en el nombramiento de su portavoz. Buena falta le hacía alguien a quién se le entienda lo que dice. Aunque no tenga el menor sentido. Centeno ha debutado a lo grande el pasado jueves aunque, admítame la crítica, como elefante en cacharrería en un tema menor. Al menos a mí me parece un tema menor criticar que García Urbano haga política vecinal explicando a los ciudadanos las carencias que él y su partido observan en la ciudad. Resulta evidente que cuando alguien inicia una campaña puerta a puerta, corre el riesgo de entrar en guarida ajena y no tarde el adversario en tener conocimiento de los argumentos utilizados. Podría el candidato popular haber seleccionado los vecinos a visitar entre los afines - como hace el alcalde en su programa radiofónico - pero entonces estaría perdiendo el tiempo y no conseguiría ninguno de los objetivos que pretende conseguir. Informar y convencer para conseguir la confianza de los ciudadanos.
No obstante lo anterior, la llegada de Centeno va a dar vidilla a la vida política municipal en los próximos meses. Su futuro parece claro como componente de la próxima lista socialista y puente de Valadez con la ejecutiva provincial de la que está más cercano de los algunos creen. A lo mejor de ahí su cese como portavoz y diputado de Cultura.
Finalmente, la semana nos dejó el nombramiento de una nueva concejal de Hacienda. Tengo para mí que es la ambición política lo que ha movido a Carmen Ocaña a aceptar o solicitar, de hacer caso a rumores, el cargo. Una delegación que a esta fecha es más que un feudo de poder político, un auténtico polvorín que en cualquier momento puede estallar. Lo que se le presenta a Carmen Ocaña es un escenario de compleja solución: de inmediato, la nómina de Septiembre con un presupuesto agotado para las empresas municipales, a continuación la solución a la composición de los consejos de la empresas municipales, en medio, cada uno de los frentes económicos abiertos desde hace ya dos largos años que sólo hacen enquistarse a falta de solución. La semana nos ha dejado también la declaración de intenciones del nuevo concejal de Seguridad Ciudadana: va a poner todo su empeño en conocer las circunstancias que rodean al abandono y falta de utilidad de un Parque de Bomberos que lleva más de tres años terminado y se deteriora día a día mientras los bomberos trabajan en condiciones infrahumanas.
Sólo cabe preguntarse en que planeta ha vivido los últimos tres años.