Que estamos ante una una inestabilidad internacional es incuestionable. Es como si estuviéramos sentados encima de un polvorín que pudiera estallar en cualquier momento. Por eso hay un incremento sin igual e inusitado en el gasto militar y producción de armamento ante el agravamiento de la seguridad y desgaste de la paz en el mundo.
El SIPRI (Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz) dice que, por primera vez, el gasto militar ha aumentado en las 5 regiones geográficas del mundo, como África, Europa, Oriente Medio, América, Asia y Oceanía.
Parece que todos los países están anteponiendo la fuerza militar en una situación geopolítica y de seguridad cada vez más inestable, aventurándose en un bucle de acción y reacción ante la posibilidad progresiva de que un enfrentamiento se produzca de forma imprevista.
La industria armamentística de los EEUU es la gran beneficiaria del incremento del gasto militar del Estado español y del resto de países de la OTAN. Pretende sostenerse en el vanguardismo de los avances tecnológicos cambiando su táctica en las técnicas y prácticas aplicadas con el objetivo de localizar y abatir a los grupos insurgentes, centrándose en el desarrollo de nuevos sistemas de armamento que puedan emplearse en conflictos posibles con rivales de capacidad avanzada, según el SIPRI, desde el año 2014. Así que tenemos a EEUU en primer lugar, seguido por China, Rusia, India, Arabia Saudí y Reino Unido.
En España, el gasto público en defensa, creció tres mil millones en el año 2022. Los países de la OTAN han incrementado también su gasto en Defensa en los últimos años desde la guerra ruso- ucraniana. Han sido 1.304.886 millones de dólares en el año 2023. Lo cual, a mí me parece una barbaridad que muchos de los gobiernos se sientan contentos por haber conseguido superar el objetivo que se habían propuesto en 2014 para llegar al 2% del gasto en Defensa y me llama la atención también que la mayoría de los ciudadanos de los países aliados votaría a favor de la OTAN (en EEUU más del 80% cree que Europa y Norteamérica deben seguir trabajando juntas por una seguridad compartida.) ¡Cuán engañados están! ¡Y cuán engañadas tienen a tanta gente!
En opinión de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, el riesgo de guerra no es inminente, pero no es imposible. Así, la polémica sobre la seguridad y la defensa ha cobrado un especial protagonismo en la Unión Europea. Esta unión que se creó para asegurar la paz y para que se acabaran las guerras civiles, se está preparando con todas sus fuerzas para una especie de “economía de guerra”, pues piensan que lo que se presenta es bastante grande y hay que organizarse para ello y eso empieza con la urgente necesidad de reconstruir, reponer y modernizar las fuerzas armadas de los estados miembros, según sus propias palabras. A lo que hay que añadir que se pueden utilizar los activos congelados a Rusia por medio de las sanciones bloqueadas en los bancos y como están generando intereses, usarlos para comprar equipamiento militar para Ucrania.
¡Genial idea, von der Leyen! Sobre todo porque esos activos están bloqueados con dudas jurídicas para darles salida o no. Y mejor, ¿por qué no se termina de una vez con esta guerra que nos tiene asfixiados económicamente y no se llegue a la anunciada “economía de guerra” que promete asfixiarnos aún más, sin contar con el número de personas que están muriendo?
¿No es más necesario emplear el dinero o más dinero en necesidades sociales o creación de puestos de trabajo? ¿Somos acaso, conscientes de lo que se podría hacer con ese dinero? ¿Estamos más seguros cuanto más gasto militar hay? ¿Cuando se aprueban los presupuestos del Ministerio de Defensa nos preguntan a los ciudadanos sobre el beneficio o utilidad de comprar material bélico? No, no nos preguntan, pero sí se prefiere tener contentos a los sindicatos de las empresas que se dedican a fabricar dicho material, que deberían proponerse hacer una reconversión de esta industria para fabricar productos de uso civil.
En 1.130 millones de euros está la inversión destinada a gasto militar aprobada por el Consejo de Ministros para adquirir material militar. ¿Cuáles son las prioridades? ¿Son los servicios públicos, el bienestar de las mayorías sociales o política belicista que promueve la OTAN, gobernada por el imperialista EEUU? ¿No estamos viendo continuamente cómo la pobreza es cada vez mayor en este país norteamericano y se ven a más personas viviendo en la calle porque no tienen dinero para pagar siquiera un alquiler o comprarse una casa y cómo el gasto en servicios sociales es cada vez menor, porque antes tienen que dominar el mundo entero y de paso, oprimir y estrangular a Rusia rodeándolo de países pertenecientes a la OTAN?
¿Creíamos que la Segunda Guerra Mundial iba a ser la última? Este mundo, desde luego, no ha sido nunca ni lo será jamás, un espacio para la concordia, armonía y paz, sino de lucha permanente. ¡Ojalá el sueño del filósofo prusiano, Inmanuel Kant, de la paz perpetua, se hiciera realidad!.