El acceso a Internet y las redes sociales han traído muchas cosas buenas, pero también innumerables peligros entre los que se encuentran las ciberestafas. Una de las más comunes en nuestro país es el phishing, una técnica en la que los usuarios reciben correos electrónicos o mensajes, fingiendo ser una empresa real, para obtener datos personales, bancarios o contraseñas.
Hace unos años, estos correos fraudulentos eran muy fáciles de detectar: malas traducciones, fotografías de baja calidad, direcciones de correos extrañas... sin embargo, cada vez la técnica está mejor y mejor cuidada, creando ganchos realmente creíbles para los ciudadanos.
En 2022, en España se registraron 20.111 procedimientos judiciales relacionados con ciberestafas.
Y entre todas las empresas escogidas por los delincuentes para estafar a sus víctimas, destaca, con dudoso honor, Correos. El principal servicio de paquetería en España se ha convertido en la herramienta de los ciberdelincuentes para obtener datos de sus usuarios o incluso ganar dinero.
Las víctimas reciben un correo electrónico de Correos en el que se les informa de que tienen un paquete pendiente de recibir. En la mayoría de los casos les solicitan un pago para poder recibirlo, en otras, se les pide que completen sus datos personales.
Sea la táctica que sea, lo importante es comprobar bien el correo y, en caso de duda, contactar directamente con la empresa.