Por las manos de Antonio Hierro han pasado centenares de costaleros y ahora una nueva generación se pone ante los ojos de uno de los capataces decanos de Sevilla, por lo que el capataz ha hecho una lectura de la nueva horda de costaleros que está llegando a los pasos.
En su caso, ve que “la hermandad de San Isidoro no cambia tanto, la mayoría de los costaleros son hermanos o amigos de nuestro círculo muy cercano dentro de la cuadrilla y son costaleros que están con nosotros durante mucho tiempo”.
Sobre la llegada de los jóvenes costaleros, avisa que “cuando llega algún costalero joven, que tampoco es que podamos meter muchos, tiene que esperar como lo hemos hecho todos”, apostillando que “hay muchos que se enfadan y se cansan de esperar y en ocasiones se aburren justo el año que se quedaba el hueco para poder entrar; en la vida hay que ser constante y no nos podemos aburrir de Dios”.
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