El IEDT construirá el museo de la literatura y biblioteca central
Las obras en el antiguo molino de harina de la calle Alameda costarán un millón de euros
El Ayuntamiento de Arcos ha sacado de su letargo el proyecto de conversión del antiguo molino de harina de la calle Alameda en biblioteca municipal y museo dedicado a la literatura arcense. El conocido popular y vulgarmente como Casa de los Paletos, es un edificio del siglo XVII que ya fue sujeto hace unos años de un intento de musealización. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando el Gobierno municipal ha encontrado el momento idóneo, pues de este proyecto se hará cargo el Instituto de Empleo y Desarrollo Tecnológico (IEDT) de Diputación.
La justificación de esta iniciativa pasa por la ubicación “idónea”, por la necesidad de contar con una biblioteca central de mayores proporciones tanto para el archivo histórico como para la extensa bibliografía municipal, y por la recuperación de un inmueble emblemático y explicativo de la cultura arcense, así como por dar respuesta a la demanda de jóvenes estudiantes y vecinos en general de la zona alta y del Barrio Bajo.
El propósito es recuperar la fachada original del edificio atendiendo a la conservación de sus señas de identidad, aunque en el interior se opte por un espacio diáfano para las distintas salas proyectadas.
Ocupa una planta baja y un piso en la calle Alameda, en su confluencia con Carilla. Según reza en el proyecto, constará de una recepción, hemeroteca, despachos, almacén, aseos adaptados, un patio ajardinado para la celebración de actividades y de una sala principal de lectura y consulta. En cuanto a su dotación, se prevé acondicionarlo con todo lo necesario para el análisis e investigación de la producción literaria arcense.
Otro propósito municipal es convertir este espacio en un centro permanente de investigación, de ahí que Caro aludiera al valor del trabajo desarrollado por la escuela taller Arcos Digital, la cual viene digitalizando los archivos históricos municipales, en lo que se puede considerar como un trabajo esencial para la puesta al día de la documentación pública. Para la alcaldesa, Josefa Caro, este trabajo supone “un estímulo” para la investigación.
En principio se pretende hacer un recuento y catalogación de la vieja maquinaria existente en el antiguo molino, una nueva limpieza, iniciar un proyecto de musealización y el montaje físico; un proceso que podrá quedar culminado a lo largo de este año, según señaló Caro, en su convencimiento de que el Ministerio de Política Territorial confirmará el visto bueno a la obra y, posteriormente, Diputación dará luz verde.
Después de haber sido la Posada de los Pilares -por la fisonomía del edificio- y la fábrica de harina fundada en 1870 por Ricardo Luna, este caserón conserva muy poca maquinaria del antiguo molino, siendo una incógnita su paradero. En este sentido, no existía un catálogo municipal a pesar de que el Ayuntamiento rescató el edificio el siglo pasado. En la actualidad, y después de haber sido sujeto de anteriores limpiezas del solar, el inmueble se utiliza como pequeño almacén por los operarios de la limpieza pública, para guardar su material de trabajo.
Esta actuación será gestionada íntegramente por Diputación, desde la licitación de los trabajos hasta su adjudicación y ejecución, lo cual podría suponer una inversión de un millón de euros. El papel del Ayuntamiento se reduce a elegir en qué quiere emplear la subvención o a qué obra quiere destinarla, como quiso dejar claro la propia alcaldesa.
Los mismos fondos del IEDT y europeos han solicitado en 2010 el proyecto de un pequeño bosque entre la ladera de La Verbena y la Molina (junto al río), de soterramiento de contenedores y construcción de un nuevo punto limpio, asuntos que, a excepción de los contenedores, están a expensas de su ejecución.
Consciente de le queda menos de un mes como alcaldesa, Josefa Caro dijo ante la prensa marcharse con “el orgullo” de haber dejado enderezado este proyecto, el cual viene persiguiendo prácticamente desde que llegó a la Alcaldía, hace ahora ocho años. En este sentido, matizó que ha sido para ella un proyecto “muy querido y acariciado”, no sin admitir haber tenido “la suerte” de “encajarlo en las subvenciones del IEDT”.
La justificación de esta iniciativa pasa por la ubicación “idónea”, por la necesidad de contar con una biblioteca central de mayores proporciones tanto para el archivo histórico como para la extensa bibliografía municipal, y por la recuperación de un inmueble emblemático y explicativo de la cultura arcense, así como por dar respuesta a la demanda de jóvenes estudiantes y vecinos en general de la zona alta y del Barrio Bajo.
El propósito es recuperar la fachada original del edificio atendiendo a la conservación de sus señas de identidad, aunque en el interior se opte por un espacio diáfano para las distintas salas proyectadas.
Ocupa una planta baja y un piso en la calle Alameda, en su confluencia con Carilla. Según reza en el proyecto, constará de una recepción, hemeroteca, despachos, almacén, aseos adaptados, un patio ajardinado para la celebración de actividades y de una sala principal de lectura y consulta. En cuanto a su dotación, se prevé acondicionarlo con todo lo necesario para el análisis e investigación de la producción literaria arcense.
Otro propósito municipal es convertir este espacio en un centro permanente de investigación, de ahí que Caro aludiera al valor del trabajo desarrollado por la escuela taller Arcos Digital, la cual viene digitalizando los archivos históricos municipales, en lo que se puede considerar como un trabajo esencial para la puesta al día de la documentación pública. Para la alcaldesa, Josefa Caro, este trabajo supone “un estímulo” para la investigación.
En principio se pretende hacer un recuento y catalogación de la vieja maquinaria existente en el antiguo molino, una nueva limpieza, iniciar un proyecto de musealización y el montaje físico; un proceso que podrá quedar culminado a lo largo de este año, según señaló Caro, en su convencimiento de que el Ministerio de Política Territorial confirmará el visto bueno a la obra y, posteriormente, Diputación dará luz verde.
Después de haber sido la Posada de los Pilares -por la fisonomía del edificio- y la fábrica de harina fundada en 1870 por Ricardo Luna, este caserón conserva muy poca maquinaria del antiguo molino, siendo una incógnita su paradero. En este sentido, no existía un catálogo municipal a pesar de que el Ayuntamiento rescató el edificio el siglo pasado. En la actualidad, y después de haber sido sujeto de anteriores limpiezas del solar, el inmueble se utiliza como pequeño almacén por los operarios de la limpieza pública, para guardar su material de trabajo.
Esta actuación será gestionada íntegramente por Diputación, desde la licitación de los trabajos hasta su adjudicación y ejecución, lo cual podría suponer una inversión de un millón de euros. El papel del Ayuntamiento se reduce a elegir en qué quiere emplear la subvención o a qué obra quiere destinarla, como quiso dejar claro la propia alcaldesa.
Los mismos fondos del IEDT y europeos han solicitado en 2010 el proyecto de un pequeño bosque entre la ladera de La Verbena y la Molina (junto al río), de soterramiento de contenedores y construcción de un nuevo punto limpio, asuntos que, a excepción de los contenedores, están a expensas de su ejecución.
Consciente de le queda menos de un mes como alcaldesa, Josefa Caro dijo ante la prensa marcharse con “el orgullo” de haber dejado enderezado este proyecto, el cual viene persiguiendo prácticamente desde que llegó a la Alcaldía, hace ahora ocho años. En este sentido, matizó que ha sido para ella un proyecto “muy querido y acariciado”, no sin admitir haber tenido “la suerte” de “encajarlo en las subvenciones del IEDT”.
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