La malagueña calle Huerto del Conde es “una de las más turistificadas de toda España”: “Más del 70 por ciento de las viviendas del barrio de Lagunillas son de uso turístico”. Carlos Aceituno, portavoz del movimiento ‘Málaga Para Vivir’, ha denunciado que esta barriada “histórica” de Málaga “ha sido abandonada por las instituciones y solo se han hecho las mejoras de peatonalización, que reclamaban los vecinos, cuando los pisos turísticos han expulsado a los residentes”. Desde este simbólico enclave, ‘Málaga Para Vivir’ ha lanzado un nuevo llamamiento previo a la manifestación convocada para este sábado 9 de noviembre: “Es fundamental que nos movilicemos, porque esta situación va a llegar a otros barrios”.
Casi no quedamos vecinos ya que nadie viene a vivir aquí ya, porque los alquileres son privativos y hay muy poca oferta de vivienda.En zonas como Huelin, La Luz o el Palo “están viviendo esta misma situación, están siendo expulsados de sus casas, porque no pueden pagar los altos alquileres con sus trabajos precarios y se está viendo afectada la identidad de sus barrios”. Aceituno ha explicado que se están transformando los comercios locales en viviendas turísticas o establecimientos dedicados al turismo por este “modelo de ciudad que nos condena a la expulsión”.
El 9N saldrán a la calle con el objetivo de “volver a parar” el centro de la capital de la Costa del Sol bajo el lema ‘Si nos echan de los barrios, paramos la ciudad’, ha asegurado Esther Rodríguez, otra de las portavoces del movimiento ‘Málaga Para Vivir’. La proliferación de pisos turísticos es una telaraña que ya cubre toda la ciudad. “Vamos a parar” la ciudad, ha dejado claro, “si seguimos sin tener una Málaga para vivir, si es inalcanzable poder tener un hogar y si el trabajo no da para tener un acceso a la vivienda”, porque es “tal la precariedad que los sueldos no llegan a los altos precios” del mercado inmobiliario. Esta crisis habitacional “tiene responsable” y “es el sistema que tenemos de ciudades que ponen por delante los beneficios y la especulación ante los vecinos”.
Miguel Aguilar, vecino de Lagunillas de “toda la vida”, cuenta que la situación es “desoladora”, porque “casi no quedamos vecinos ya que nadie viene a vivir aquí ya, porque los alquileres son privativos y hay muy poca oferta de vivienda”. Sus vecinos son ahora turistas que cambian a diario: “Estar rodeado de apartamentos turísticos es tener problemas de ruido y de basura y nadie a quien te puedas quejar. La sensación es un poco de que deberías de irte, porque tu casa es un escaparate para el turismo”.
La plataforma insiste en que, desde la última manifestación del 29 de junio, lo que ha habido es “inacción”, por parte de las administraciones. El Ayuntamiento “solo ha tenido palabras bonitas y alguna intención de tapar el problema”, ha reclamado Aceituno, pero “realmente no van a la raíz”. Las medidas propuestas por el PP “son para viviendas nuevas, pero qué pasa con lugares como este”, ha preguntado: “Son medidas insuficientes”.