Cuando quedan apenas diez días para la toma de posesión de los nuevos concejales y la proclamación de García Urbano, no estaría de más que en lugar de hacer más leña del árbol caído, lanzáramos una mirada al futuro y pusiéramos de manifiesto para que nadie se llame a engaño, la tremenda hoja de ruta que le espera al nuevo Equipo de Gobierno en los próximos meses.
Bueno será el descanso de estos últimos días para afrontar con la suficiente carga de oxígeno el cúmulo de ocho miles que habrán de afrontar los electos. Aunque al que mandará no le coge de sorpresa, ya ha cogido metafóricamente de las orejas a los responsables de que tres años después el Chare no tenga a disposición de la Junta los terrenos necesarios para su implantación, bueno será que lo pongamos negro sobre blanco de manera que quienes están esperando caer con las garras afiladas mientras vuelan en círculos, lo tengan igual de claro que nosotros.
Las claves de los próximos cuatro años deben analizarse desde el aspecto económico, turístico, educativo y sanitario. El resto de las áreas deberán quedar condicionadas a las anteriores y ser su complemento. Desde el punto de vista económico el nuevo gobierno debe centrarse en conocer la realidad de la deuda, la real y la oculta que aparecerá tan pronto los nuevos responsables atraviesen las puertas del edificio Puertosol. Cientos de facturas sin contabilizar, otras tantas simplemente perdidas, extraviadas o directamente archivadas en las papeleras de cualquier delegación, con unos importes que podrán superar los veinticinco millones de euros sin dificultad habrán de ver la luz y ser reconocidas paulatinamente para que, tal como ha prometido el líder de los populares, la seguridad jurídica sea una realidad en el municipio. La liquidación del presupuesto del 2009 sumará otros 20 millones a la deuda una vez que se rectifiquen, tal como aprobó el pleno, unas cuentas que no reflejaban la realidad. Otro caladero importante de deuda habrán de ser las sentencias judiciales y sus intereses de demora que se sumarán a los más de 20 millones de Patrimonio de Suelo gastados ilegalmente. Serán entre 150 y 200 millones de euros los que habrán de afrontarse sin detener la maquinaria municipal.
En el aspecto turístico englobaremos la promoción de la ciudad para situarla en el lugar del que nunca debió descolgarse para lo que será necesaria e imprescindible la colaboración de varias delegaciones. Infraestructuras, Playas, Medio Ambiente, Jardines y Seguridad Ciudadana serán en conjunto las responsables de la imagen del municipio. Han de desaparecer de forma inmediata los vertidos de fecales a las playas que nos sitúan en un punto tercermundista, al mismo tiempo que se hace un tratamiento de urgencia sobre los jardines, calles, plazas, fuentes públicas y la sierra, con atención preferente al Parque de los Pedregales, abandonado a su suerte. La Policía Local debe garantizar que, aún fuera de sus competencias, Estepona sea la ciudad más segura de la costa y retome el lugar que el sentimiento ciudadano y no las estadísticas manipuladas le dieron en su día. Además, sus responsables deberán dar inmediata solución a la apertura del nuevo Parque de Bomberos.
La educación tiene, en manos de la delegación de Urbanismo, un triple objetivo inmediato: resolver de una vez por todas la vergüenza de dar carta de naturaleza a un colegio virtual , la urbanización de los terrenos del futuro colegio concertado Juan XXIII para permitir su apertura en 2012 y la solución definitiva del campus universitario. Algo sencillo, la LOUA permite la obtención inmediata de los sistemas generales que no son si no la parte menor de una sartén cuyo mango está en poder municipal. Y esto, ni más ni menos, es casi todo. Un poco de suerte, mucho trabajo y más imaginación y habrán hecho felices a la mayor parte de los ciudadanos. Después los grandes proyectos y las ambiciosas promesas de campaña supondrían un brillante colofón de llegar a cumplirse en todo o en parte. Pero primero lo urgente y después lo necesario han de ser los objetivos primarios.