El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha remitido una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que le pide un marco jurídico que permita establecer un impuesto a las pernoctaciones en viviendas turísticas, que ya cifró en dos o tres euros por persona y día en otra misiva enviada a Industria y Turismo.
En la reciente carta, De la Torre (PP) expone a Sánchez que la proliferación de viviendas turísticas ha provocado "una situación indeseable en la mayoría de ciudades de España y de otros países vecinos", al disminuir la oferta de vivienda para alquiler de larga duración.
De la Torre cree necesario disponer de "un marco jurídico" que le permita establecer, "con carácter potestativo", un impuesto a las pernoctaciones en las viviendas turísticas, cuya recaudación sería "finalista" y se destinaría íntegramente a subvencionar los alquileres de familias con problemas de acceso a una vivienda por su situación económica o social.
El regidor malagueño ruega a Sánchez que atienda su petición y estudie con "sumo interés" esta posibilidad, ya que está seguro de que ambos comparten la misma "preocupación" y desean paliar "los efectos que sobre el precio del alquiler está teniendo la excesiva oferta de viviendas turísticas".
De la Torre adjunta copias de las cartas que remitió meses antes a los ministerios de Industria y Turismo, y de Vivienda y Planificación Urbana, según explica en la carta, a la que ha tenido acceso EFE y que ha sido adelantada este jueves por Diario Sur.
También para hoteles
En la misiva que envió en agosto al ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, tras las manifestaciones que se produjeron en Canarias, Palma y Málaga, ya pidió una iniciativa legislativa que permitiera a los ayuntamientos establecer un impuesto turístico.
De la Torre propuso una "discreta" tasa turística por pernoctación en viviendas turísticas de dos o tres euros por persona y día, lo que permitiría a la ciudad de Málaga recaudar cada año entre 20 y 30 millones de euros.
En esa carta también habló de tasa por noche en hoteles, que supondrían menos ingresos porque la oferta de camas es menor, y se aplicaría de forma directa a la promoción del "turismo de calidad".
